PREMIO LITERARIO

El terror de Mariana Enriquez conquista el Herralde de Novela

La escritora argentina logra el galardón con 'Nuestra parte de noche', en cuyo corazón está una sociedad ocultista

Mariana Enríquez, premio Herralde de Novela.

Mariana Enríquez, premio Herralde de Novela. / periodico

Ramón Vendrell

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Nueva y poderosa señal de que la literatura de género, así llamada  no precisamente para piropearla, al menos hasta ahora, ha salido del gueto: Mariana Enriquez (Buenos Aires, 1973) ganó ayer el 37º Premio Herralde de Novela con 'Nuestra parte de noche', una caudalosa ficción de más de 600 páginas que la autora no dudó en adscribir al fantástico en general y al terror en particular. «En el fantástico en su sentido más amplio, del terror a la ciencia ficción, es donde con mayor agudeza se habla de la realidad», dijo Enriquez. «Y sin un exceso de solemnidad», agregó. Por si no ha quedado claro que tiene ambiciones populares, la escritora calificó la obra de «entretenida» y «divertida». Aunque al punto añadió: «Y terrible».

'Nuestra parte de noche', el título, es una traduccción de un verso de Emily Dickinson. «Es una pequeña tradición mía», dijo Enriquez. El título de la colección de cuentos 'Las cosas que perdimos en el fuego' (2016) es una traducción del título de un álbum de Low. Y así.

'Nuestra parte de noche', la novela, transcurre en Argentina entre finales de la dictadura de la Junta Militar, tiempos de desaparecidos y represión, y principios de la década de 1990, tiempos «eufóricos y deprimentes», según Enriquez, en los que un peso equivalía a un dolar estadounidense. La ecritora, no obstante, ha prescindido de fechas y  hechos icónicos para evitar verse «arrastrada por la Historia».

Sacrificios humanos

En el corazón de 'Nuestra parte de noche', que se intuye muuuy tenebroso, están un padre y su hijo y, sobre todo, una «sociedad ocultista que tiene contacto con dioses primigenios» y que está «inspirada en la magia británica», en concreto en Aleister Crowley, en palabras de la autora. Si bien el notable sentido del espectáculo mágico de Crowley, alias la Gran Bestia, queda en cosa de teatro parroquial al lado de los rituales de la orden secreta de Enriquez, en los que por no faltar no faltan ni sacrificios humanos. A través de todo ello aborda la también periodista asuntos de calado como el poder, la política, la familia, la herencia familiar, la explotación o la amistad. 

Admitió Enriquez que «alguna resonancia debe de haber» en 'Nuestra parte de noche' del Buenos Aires gótico de 'Sobre héroes y tumbas', de Ernesto Sabato. Asimismo consideró «inevitable» la influencia en el tramo de la novela que sucede en el norte de Argentina de Horacio Quiroga, «con su selva como una especie de animal poderoso, el calor y la frontera como lugar misterioso e invencible».

«El texto contiene todas mis obsesiones, lo cual delata que son muchas mis obsesiones», dijo Enriquez. El jurado del galardón estuvo compuesto por Lluís Morral, Gonzalo Pontón Gijón, Marta Sanz, Silvia Sesé y Juan Pablo Villalobos, quien situó Nuestra parte de noche en la tradición de La Gran Novela Latinoamericana, «una estirpe de obras tan disímiles, pero igualmente ambiciosas y desmesuradas, como 'Rayuela', 'Paradiso', 'Cien años de soledad' o '2666'».