CRÓNICA DE CONCIERTO

Green Day lleva el punk a la plaza de España de Sevilla

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Juan Manuel Freire

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La Plaza de España de Sevilla no es conocida por albergar conciertos de punk masivo, pero en la noche del sábado la vimos ocupada por un escenario estilizado e impactante donde Green Day repasaron muchos de sus hits pasados y alguno quizá futuro. Era la noche del MTV World Stage, clímax de los actos que sirven de antesala a la gala de los MTV Europe Music Awards.

Hasta 10.000 personas se reunieron para ver al grupo de Billie Joe Armstrong, convencidas en parte por el precio: 10 euros, es decir, 72,50 menos de lo que pagaron otros fans para verlos en La Riviera (Madrid) solo tres días antes. Con su doble visita a España de esta última semana, Green Day parece disculparse por no haber incluido el país en su gran gira del año próximo, en muchos tramos con Weezer y Fall Out Boy.

Tras la introducción del presentador Johann Wald, el grupo no saltó inmediatamente al escenario. Antes quiso que sonaran por los alto parlantes dos canciones que, en cierto modo, resumen su trayectoria artística: 'Bohemian rhapsody' de Queen y 'Blitzkrieg bop' de Ramones. Green Day buscaron en sus inicios la exactitud y la furia de los segundos, pero más adelante abrazaron también sin problema los grandes gestos y las esencias de rock clásico de los primeros.

Lozanía casi inquietante

Quizá sea por su exagerado bronceado o perfecto teñido, pero el caso es que Billie Joe todavía parece un chaval a sus 47 años. Y para ser precisos, parece el Son Goku de imagen real (Justin Chatwin) de 'Dragonball evolution'. También sus compañeros Mike Dirnt (bajo) y Tré Cool (batería) se mantienen impasibles al paso del tiempo, así en su aspecto físico como en su rendimiento sobre el escenario. No les hace falta calentar para nada: empieza 'Minority' y aquello ya es pura profesionalidad, precisión relojera, furia matemática.

Antes de volver a los clásicos, quisieron defender su trayectoria reciente con 'Revolution radio' y después presentar 'Father of all…', tema titular de un inminente nuevo álbum (sale el 7 de febrero) con aparente vocación experimental. Este primer avance no suena, sin embargo, demasiado insólito: básicamente es Green Day cediendo por completo a sus impulsos más garajeros. Seamos sinceros: no es de sus mejores canciones. Pero es que la competición es complicada e incluye monumentos de los 90 como 'Basket case', que anoche tocaron no una, sino dos veces seguidas; Billie Joe esperaba amor verdadero de ese momento (aunque ya se habían visto cervezas volar por los aires) y nos dio una nueva oportunidad para expresarlo en condiciones.

Hubo otros momentos tan buenos como la primera o segunda 'Basket case': por ejemplo, esa dinámica e irresistible 'Boulevard of broken dreams', una accidentada pero efectiva 'Jesus of suburbia' con clímax de fuegos artificiales y, sobre todo, esa 'Longview' interpretada a medias por un espontáneo preadolescente con gorro de Papá Noel.

La oferta del MTV World Stage Seville se completó con León Benavente, la máquina de rock bailable capitaneada por el cronista del desamor y la desafección política Abraham Boba, y The Struts, grupo de rock clásico que está teniendo su momento de gloria en época de revival de su (transparente) grupo de cabecera: Queen.