ESTRENOS DE CINE DE LA SEMANA

'Terminator', una serie tan icónica como imperfecta

James Cameron vuelve en 'Destino oscuro' a los orígenes de la saga, tras cinco películas, una teleserie y una serie de animación

Arnold Schwarzenegger, en 'Terminator'

Arnold Schwarzenegger, en 'Terminator'

Quim Casas

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Es evidente que James Cameron es el máximo responsable del concepto de 'Terminator', y ha sido él mismo, antes que el público y la crítica, quien ha establecido lo que esta bien y lo que está regular (o mal) en esta saga de músculo y ciencia ficción apocalíptica que en su segunda entrega rompió moldes tecnológicos.

La cultura popular está en deuda con las dos primeras películas, una de producción más modesta e imaginación a raudales, 'Terminator' (1984), y otra que es un auténtico y frenético festival de efectos infográficos que hizo avanzar está técnica con pasos de gigante, 'Terminator 2: El juicio final' (1991). No solo son icónicas para la cultura pop: el primer filme ha sido considerada por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos como una película cultural, histórica y estéticamente significativa.

Son las dos únicas de la saga dirigidas por Cameron. Y se nota. Son las mejores de largo. Entre la primera y la segunda, Cameron cogió envergadura y fortaleza, pero en el plano técnico, tanto 'Aliens, el regreso' (1986) como 'Abyss, el secreto' (1989) parecen hoy esbozos de la grandeza digital del segundo 'Terminator'.

La forma en la que el metódico y frío robot T-1000, enviado desde el futuro para asesinar a John Connor, deja de ser sólido para convertirse en un ente liquido que traspasa las rejas de una cárcel, se parte en dos para recomponerse al instante o se confunde con las baldosas del suelo, es parte indisociable de la evolución del cine de ciencia ficción y fantástico y de algo que está tan ligado a ambos géneros, el perfeccionamiento de los efectos especiales. Cameron es a veces insoportable, pero hay que reconocerle que el cine numérico no sería lo mismo sin sus aportaciones.

El director confiesa no haber visto la teleserie 'Terminator: las crónicas de Sarah Connor' (2008-2009), creada por Josh Friedman y centrada en Sarah y su hijo John, la gran esperanza para el futuro de la humanidad. Y de los filmes 'Terminator 3: La rebelión de las máquinas' (2003), 'Terminator: Salvation' (2009) y 'Terminator: Génesis' (2015) no es que reniegue, pero habla con la boca pequeña. Su participación en estos títulos fue nula, aunque de sus recaudaciones le tocó un buen porcentaje por derechos de autor.

No aparece acreditado ni en la serie de animación 'Terminator Salvation: The Machinima series' (2009), otra vuelta de tuerca al pasado, presente y futuro de John Connor como miembro de la resistencia contra las máquinas, ni en los videojuegos inspirados en sus personajes. Y tampoco debió de hacerle mucha gracia el cómic 'Robocop versus Terminator' (1992), escrito por Frank Miller –quien entonces había firmado los guiones de la segunda y la tercera entrega de otra saga con músculo de metal, 'Robocop'– y dibujado por Walter Simonson.

De este modo, 'Terminator: Destino oscuro' representa para Cameron el regreso a los inicios. La acción arranca allí donde acababa 'Terminator 2: El juicio final', sacándose de encima de un plumazo las tres películas siguientes. Cameron es el productor del filme y el autor de su argumento, Linda Hamilton reaparece como Sarah Connor, Edward Furlong hace lo propio como su hijo John y aunque Arnold Schwarzenegger nunca se fue (solo estuvo ausente en la cuarta), en esta quinta entrega vuelve a tener la pinta del T-800 que todos conocíamos.

'Terminator' se abría con aquella dantesca imagen de calaveras pisoteadas tras la batalla, en la ciudad de Los Ángeles en el 2029, y narraba cómo un 'terminator' era enviado al pasado para matar a la futura madre de John Connor, el líder de la revuelta contra las máquinas. Schwarzenegger era un robot asesino, pero en el segundo filme, ambientado en 1995, se convirtió en el protector del adolescente John, la víctima de otro 'terminator' perfeccionado que llega del futuro para eliminarlo.

Como si fuera la primera serie de películas de 'El planeta de los simios' de los años 60 y 70, que a cada nueva entrega cambiaba de situación temporal hasta marear al espectador, la saga de 'Terminator' se convirtió a partir de entonces en un viaje permanente por el tiempo.

'Terminator 3: La rebelión de las máquinas' acontece en el 2004: John Connor (Nick Stahl) tiene 25 años y vuelve a enfrentarse a un robot del futuro, esta vez de apariencia femenina. En 'Terminator: Salvation', un John Connor con las facciones de Christian Bale debe averiguar en el 2018 si un individuo viene del futuro o ha sobrevivido al pasado. Y 'Terminator: Génesis' está ambientada en el 2032 y ahora es John (Jason Clarke) quien envía un robot al pasado para salvar a su madre. Jordi Costa dijo de esta película que era un vodevil de acción cuántica. Lo clavó.

No es de extrañar que Cameron haya hecho borrón y cuenta nueva. Solo él podía permitírselo yvolver al principio.