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La muerte se apodera de la cartelera teatral barcelonesa

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Marta Cervera

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Casualidad o no, la muerte planea sobre cartelera teatral esta semana coincidiendo con Todos los Santos. Más allá de 'La mort i la primavera' en el TNC, en cuatro montajes recién estrenados o a punto de hacerlo la trama se apoya en la ausencia o pérdida de un ser querido.

Tres de ellas lo enfocan desde el humor: 'La dona del 600', de Pere Riera, en el Goya; 'Rita', tragicomedia de Marta Butxaca sobre la eutanasia, y 'Fuck you modern family (o todo sobre mi abuela)', una gamberrada de Berta Prieto y Lola Rosales, ambas en la Beckett. En cambio Pau Miró ofrece un drama con toques de 'thriller' en 'Una història real', en La Villarroel.

Empecemos por esta última. En ella un escritor de izquierdas (Julio Manrique), viudo desde hace tres años, descubre con que su hijo (Nil Cardoner) ha abrazado el discurso de la ultraderecha. "La pieza parte de un caso real, aunque está tan desfigurado que es irreconocible", señala Miró. El giro radical del protagonista hacia ideas fascistas centra el texto, escrito como respuesta a la pujanza de partidos como Vox. "La derecha y sus 'think tanks' están desarrollando franquicias en todo el mundo para implantar el pensamiento neoliberal", destaca el autor. "Seducen a la gente porque dan respuestas fáciles a problemas complejos mientras que la gente de ideas progresistas no reacciona. Creen que les basta con su supremacía moral pero ya vemos lo que ha ocurrido en EEUU y Brasil".

Más allá de discursos políticos contrapuestros, la relación entre padre e hijo en la obra está marcada por la ausencia de la madre. El distanciamiento entre ambos tras su muerte ha creado una falta total de empatía. "Es una obra compleja", explica Manrique, que trabaja por primera vez con Miró, encantado con su personaje. "Me interesaba tanto interpretar al padre de un adolescente, porque yo lo soy, como a un escritor cuyo trabajo se apropia de partes muy importantes de su vida hasta el punto de que se mezclan sus dos mundos, el real y el ficcional". La diferencia entre los discursos que los padres dan a los hijos y lo que estos captan de sus acciones más que de sus palabras atraviesa esta obra donde también aparecen otros personajes. Laura Conejero encarna a una editora y Mireia Aixalà, a una psicóloga.

Amor verdadero

En 'La dona del 600', Pere Riera retrata cómo dos hijas que están en la cincuentena (Àngels Gonyalons y Rosa Vila) deben hacerse cargo de su padre (Jordi Banacolocha). El recuerdo de su madre fallecida (Mercè Sampietro), una mujer muy especial, ha dejado una profunda huella que aparece en la obra en forma de 'flashback'.

La aparición del 600 que conducía y que ella adoraba es una de las claves de la historia. Sampietro, actriz veterana que debuta en el Goya, interpreta a ese fantasma tan presente y fundamental en la vida de esta familia. "Es una comedia de conflictos familiares que más allá de la anécdota plantea temas importantes".  El amor verdadero y las dificulades que entraña es uno de ellos. El 600, un coche que marcó una época, es un personaje más. "No es como 'Herbie' que se pone hablar", aclara el autor y director Pere Riera, pero tiene su importancia. Sin él esta familia no sería igual. "El 600 fue el 'protointernet' español -bromea-, favoreció las comunicaciones a nivel estatal".     

El humor se filtra a través de la manera de ser de los protagonistas. "No busco el' gag' sino empatizar con el espectador con la ironía de ingeniosos personajes y sus cuitas emocionales", apunta Riera, autor y director de la obra. Gonyalons destaca la humanidad de los protagonistas: "Habla de esos roles que adoptamos en las familias y que se enquistan. Tiene humor pero también es tierna y conmovedora", dice la actriz.     

Secretos familiares

Teatro "descarado, petardo y mamarracho". Así define la joven compañía Aura al POU ('El Chinaboum') su nuevo proyecto: 'Fuck you modern familiy (o todo sobre mi abuela)', en la sala de mayor capacidad de la Beckett. Un secreto familiar descubierto por las nietas mientras vacían los armarios de su difunta abuela ilustra lo poco que en realidad sabían de ella. "Solemos idealizar a nuestras abuelas, tenemos una idea de ellas pero en realidad no las conocemos", señala el joven equipo de mujeres al frente de este proyecto dirigido por Anna Serrano y escrito por Berta Prieto y Lola Rosales. "Empieza como una obra convencional pero se va pervirtiendo, ganando en locura y transformándose en una especie de musical", explican respecto a un montaje que juega sin complejos con los códigos de series de televisión y 'realities'. "Los referentes de nuestra generación están más en las Kardashian que en el teatro", reconoce Betsy Túrnez que interpreta la obra junto a las autoras de la pieza.

El espíritu de la fallecida abuela, un personaje abstracto que el público sentirá pero no verá, cuenta ni más ni menos que con la voz de Carmen Machi. El montaje reflexiona sobre la familia modera esa que, pese a estar más conectada que nunca a través de las redes sociales, en realidad sabe muy poco de sus allegados. "En realidad nuestros personajes se han hecho una idea idealizada de su abuela porque les conviene", admiten. Siempre es más fácil vivir dentro de las convenciones que al margen.      

Muy diferente la propuesta de Marta Buchaca. La autora y directora ha tenido que convertirse en productora teatral para sacar adelante su nueva obra, 'Rita', donde indaga en el delicado tema de la eutanasia, desde la lucidez y el humor. La muerte programada es algo que ni siquiera plantea un dilema moral cuando se trata de un perro enfermo, no así cuando se trata de un familiar en estado vegetativo. ¿Por qué asumimos que a un animal no hay que dejarlo sufrir y lo sacrificamos pero a un ser humano no? ¿Queremos acabar con su sufrimiento o con el de la familia? Estas y otras preguntas aparecen en esta nueva pieza que habla de amor y muerte a través de dos hermanos con visiones contrapuestas, interpretados por David Bagés y Anna Moliner.

Él es un empresario. Es un hombre pragmático. Ella, oncóloga, conoce mejor que nadie la triste realidad de su madre, pero es incapaz de pensar en acelerar su fin. "'Rita' es una comedia pero acaba emocionando. Va de la risa al llanto", señala la autora, que llevaba 10 años sin estrenar en la Beckett, desde 'Plastilina'. La ilusión de trabajar en el local del Poblenou se ha mezclado estos días con la dificultad para concentrarse a la hora de ensayar con helicópteros y manifestaciones. "La cultura no debería sufrir porque la ficción nos puede salvar", apunta Buchaca. En una linea similar se posicionan el resto de los colegas que estas semanas estrenan en Barcelona obras donde la vida y la muerte se entrecruzan.