OXIGENACIÓN TEATRAL

Colonialismo, psicoanálisis y falsas verdades en la nueva etapa del Espai Lliure

La sala que ahora programa La Ruta 40 se abre a otras miradas con 'Tierras del Sud', de Azcona&Toloza, 'In Wonderland', de Alícia Gorina y 'Cúbit', de Josep Maria Miró

zentauroepp50522910 icult tierras del sud191022190026

zentauroepp50522910 icult tierras del sud191022190026 / periodico

Marta Cervera

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Uno de los objetivos de Juan Carlos Martel al frente del Liure es dotar el Espai Lliure de carácter propio ofreciendo ese espacio de 172 localidades a una compañía o creador externo para que lo programe durante un tiempo. La finalidad es oxigenar y abrir el paisaje teatral. "Queremos romper un techo de cristal y dar voz y espacio a una serie creadores que para algunos serán nuevos pero que no lo son", explica Martel, elegido por concurso hace menos de un año. La Ruta 40, compañía barcelonesa que bebe tanto del teatro de texto como del de creación, debuta como programador con cinco propuestas, dos de ellas propias, durante los próximos tres meses. "Los espectáculos elegidos interrogan a la realidad de forma directa", declara Alberto Díaz, actor de la compañía formada también por los intérpretes Albert Prat y Sergi Torrecilla. "Son honestos, al margen de modas o criterios comerciales. Exigentes con el espectador y comprometidos. Cada uno tiene una naturaleza y una poética diferentes". 

Los tres primeros espectáculos llegan a partir de esta semana con 'Tierras del Sud', de la compañía Azkona&Toloza (días 25 y 26), especializada en teatro documental. Después vendrán 'In wonderland', espectáculo autobiográfico con el que Alícia Gorina completa el díptico iniciado con 'Watching Peeping Tom' (del 7 al 10 de noviembre ) y 'Cúbit' (del 13 de noviembre  al 1 de diciembre), obra de Josep Maria Miró sobre realidades paralelas que La Ruta 40 nunca ha dejado de representar. Todas ellas cuestionan el concepto de verdad, hablan de la memoria y de cómo se construye el relato oficial.   

"Todo está conectado. Lo que ocurre hoy es fruto de lo que pasó ayer, haga 100 o 500 años", dice Txalo Toloza-Fernández, videoartista chileno afincado en Barcelona que trabaja con Laida Azcona. Utilizan una instalación escénica que va adquiriendo significados diferentes y creando paisajes visuales. 'Tierras del Sud' explica las nuevas caras del colonialismo a través del pueblo mapuche que desde hace años reclama a los estados argentino y chileno las tierras que le fueron usurpadas. Hoy en día empresarios como Luciano Benetton poseen parte de aquella extensión de un millón de hectáreas en los límites australes de América. Su montaje es una lección de historia, realizada a base de datos que contraponen grandes citas de próceres argentinos y de testimonios de gente del lugar. "La globalización viene de lejos. La diferencia es que ahora es más bestia", afirman tras haber analizado a fondo lo que está ocurriendo en aquella zona de la Patagonia.

Directora en el diván

La directora Alícia Gorina invita a cuatro psicoanalistas a desmenuzar su teatro en 'In wonderland', una obra muy personal que mezcla realidad y ficción con una mezcla de humor y dolor. Como 'Alicia en el país de las maravillas' acaba derivando en un juicio. "La obra es una reflexión brutal sobre qué es la verdad donde el público acaba convirtiéndose en un jurado popular", comenta la autora que ha creado la pieza en colaboración con Indi Gest. "No es convencional, ni fácil". 

'Cúbit' habla de la dificultad de elaborar la verdad oficial a partir de una historia que conecta con la transición. "El texto fue escrito antes del 1-O pero todo lo que ha pasado desde entonces resuena", admite Alberto Díaz que interpreta la obra con Anna Azcona, Albert Prat y Sergi Torrecilla.

A partir de diciembre La Ruta 40 estrenará 'Reiseführer', obra de creación sobre la sociedad líquida realizada con Ferran Dordal, colaborador de Agrupación Señor Serrano. Y en enero Atresbandes, Bertand Lesca & Nasi Voutas presentarán 'It don't worry me', pieza que penetra en el eterno conflicto entre arte y política.