CRÍTICA DE CINE

'El asesino de los caprichos: un 'noir' goyesco

Gerardo Herrero logra mantener el pulso (siempre plano) de este 'thriller' hasta un último acto demasiado atropellado en el que se pierde absolutamente todo el sentido

El asesino de los caprichos

periodico

Beatriz Martínez

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Gerardo Herrero regresa al 'thriller' de atmósferas turbias en una película de espíritu B protagonizada por dos inspectoras antitéticas (Maribel Verdú y Aura Garrido) que se introducen en un caso de asesinatos en los que se escenifica la serie de grabados de los 'Caprichos' de Goya. Un macabro punto de partida que nos introduce por los recovecos de un Madrid elitista a través de la compra-venta de obras de arte y en el que se plasma la podredumbre moral de un ambiente viciado y oscuro. El director logra mantener el pulso (siempre plano) hasta un último acto demasiado atropellado en el que se pierde absolutamente todo el sentido y en el que ya no importan ni las inspectoras ni las motivaciones detrás del misterio a resolver.