QUÉ HACER HOY EN BARCELONA

Las Sey Sisters pasean su entusiasmo contagioso por los Centres Cívics

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Eduardo de Vicente

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Los espectadores que asisten a alguna de las representaciones del musical La tienda de los horrores suelen coincidir en destacar un elemento del espectáculo. No, no se trata de la planta, ni de ninguno de los actores de su elenco, ni de su música, sino de las tres chicas negras que hacen la función de coro, como en las tragedias de la antigua Grecia, e interpretan, por ejemplo, el tema inicial. Son la auténtica sorpresa del montaje. Pero ¿quiénes son? ¿de dónde han salido?

Se trata de las Sey Sisters, un trío femenino formado por tres hermanas (Kathy, Edna y Yolanda) de origen ghanés pero nacidas en Osona así que nadie se extrañe si las escucha hablar en un perfecto catalán. Formaron el grupo en el 2006 y combinan el góspel con el soul o el jazz y sus canciones son reivindicativas defendiendo el papel de la mujer y de los recién llegados a nuestra sociedad. Quienes deseen descubrir la otra cara de las amigas de Audrey 2 pueden hacerlo este mismo mediodía en el Auditori Sant Martí (12 horas), donde presentan su nuevo disco, Rise. Repetirán concierto el martes 15 (20 h.) en el Centre Albareda, el martes 22 (20 h.) en les Cotxeres Borrell y el domingo 24 de noviembre en La Farinera del Clot (13 horas). Se trata de uno los recitales incluidos en la campaña Barcelona Districte Cultural. Son gratuitos pero ¡atención! es conveniente hacer previamente la reserva online.

El preámbulo de un concierto memorable

Se presentan en un escenario con fondo negro y vestidos multicolores junto al pianista y saxofonista Albert Bartolomé que a más de uno recuerda al Ryan Gosling de La La Land (¿será por el peinado y la barbita?) y empiezan con Like air, I’ll rise, basada en un poema de Maya Angelou que habla de cómo levantarse cuando la vida te lanza al suelo. Desde el primer momento percibimos la perfecta conjunción de sus voces, cómo juegan con los tempos, los volúmenes y las notas, cómo se turnan en las frases, su dulzura y también su energía. En el final, a cappella, se nos ponen los pelos de punta. Es el presagio de que vamos a asistir a un concierto memorable.

Kathy toma la palabra para presentar su versión del What’s going on de Marvin Gaye que consideran necesaria en estos momentos en los que no entienden lo que pasa, la insensibilidad de la gente frente a las personas que mueren a diario en el mar Mediterráneo. Edna introduce Count your blessings, en la que ofrecen un momento de calma. Nos recomiendan que, de vez en cuando, paremos, respiremos y miremos a nuestro alrededor y descubramos que hay amigos o familiares con los que podemos contar, alegrarnos de lo que tenemos y lo que hemos conseguido y celebrarlo. “El amor debe ser tu guía” dice esta canción repleta de positividad donde la cantante se luce y logra la primera gran ovación.

El momento del público

Pero llega el momento para que el público tenga también su primera oportunidad de colaborar. Se trata de la energética Sing and dance en la que nos animan a que las acompañemos haciendo palmas y todos nos unimos a la fiesta sin que nos cueste demasiado. Las sonrisas inundan la platea. Con Years to come muestran nuevamente su vertiente más reivindicativa y defienden su derecho a expresarse como mujeres, catalanas y negras. Asegura Kathy que ya llevan muchos años aquí y que piensan seguir aquí le pese a quien le pese. El auditorio, cómplice, aplaude su discurso.

Un gran clásico góspel, Swing low, lo inician en la parte delantera del escenario, más cerca de los espectadores y sin acompañamiento musical. La pandereta y el piano se unen más tarde, acabamos uniéndonos con nuestras palmas y nos damos cuenta de cómo están disfrutando y, de paso, cómo nos están haciendo disfrutar. Los vítores van en aumento. La película Detroit (sobre la asfixiante persecución a los afroamericanos en los años 60) ìnspiró Relief en la que Yolanda habla de dejar atrás el peso de los problemas y creer que las cosas pueden cambiar. Toma la voz cantante y sus hermanas la acompañan. ¡Preciosa!

La platea acaba entregada

My name is Victory, un medio tiempo optimista (“Me encanta quién soy y mi nombre es Victoria”) transmite un entusiasmo contagioso y muestran su virtuosísimo con This little light of mine. Tan solo dos frases, la citada y “I’m gonna let it shine”, sirven de excusa para que hagan todo tipo de variaciones sobre ese mínima letra. Prodigioso. Until you stand up parte de una frase de la ilustradora Paula Bonet que asegura que ignoramos nuestra altura hasta que nos levantamos, otra canción que contribuye a darnos fuerzas cuando estamos derrotados.

En el tramo final, Albert utiliza finalmente el saxofón para introducir un tema con aires africanos (Me Nsi Den Me Nkafo)  al que se une la platea, ya entregada, que sigue en ese estado de nirvana con Believe que acompañamos ya casi sin que nos lo pidan y les hacemos los coros con un simple “uooó” (“tienes otro día para brillar”). El concierto ha sido un éxito rotundo, indiscutible y merece un bis, I have faith in you, de su primer álbum, Let freedom ring. Un colofón extraordinario para un recital que nos ha dado más, mucho más de lo que esperábamos. Las caras de felicidad de la gente a la salida lo dicen todo.