CRÍTICA DE SERIE

'Modern love', un amor de serie solo a ratos

Prime Video estrena el viernes, día 18, esta antología sobre sentimientos supervisada por el director de 'Once (Una vez)'

zentauroepp50304582 series191010131722

zentauroepp50304582 series191010131722 / periodico

Juan Manuel Freire

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Amazon no tuvo gran suerte con su anterior antología supervisada por director famoso ('The Romanoffs', de Matthew Weiner), pero vuelve a intentarlo en este terreno con 'Modern love', inspirada en historias reales de la columna sobre relaciones de The New York Times. Al mando encontramos a un experto, o casi, en las cosas del querer: John Carney, el director revelado con el delicado 'sleeper' del 2007 'Once (Una vez)', al que siguieron la menos afortunada 'Begin again' y la estimable 'Sing Street'.

'Modern love' habla del amor romántico, pero no se queda en ese campo. Sus ocho historias (de las que hemos podido ver siete) abordan relaciones que empiezan, pero también que nunca lo hacen, o el amor por nosotros mismos, o el que compartimos con nuestras familias. Tampoco hay solo amor joven, sino también amor en la madurez y en la vejez.

Las intenciones son nobles, pero Carney y sus colaboradores traspasan a menudo la delgada línea que separa sensibilidad de sensiblería. El principal problema es la ambientación musical: música y canciones originales capaces de subrayar hasta la náusea el candor generalizado. Sucede ya en el clímax del primer episodio, dirigido por Carney y centrado en la amistad entre una joven neoyorquina sin olfato para el amor (Cristin Milioti) y el portero de su edificio (Laurentiu Possa), algo así como su consejero romántico, o mejor, su ominoso oráculo. Lo que pudo ser un simpático 'Mientras duermes' en versión 'feelgood' deviene atracón de sacarina durante la recta final.

De menos a bastante más

Es un arranque poco alentador, pero 'Modern love' crece en lugar de decrecer. En el segundo episodio, Carney cede también al final a sus impulsos más azucarados, pero a lo largo del camino logra momentos punzantes, ayudado por unos inmensos Dev Patel y Catherine Keener como, respectivamente, un gurú tecnológico y la periodista con la que intercambia historias sobre amores no vividos. Y el tercer capítulo, también de Carney, es la primera joya. Anne Hathaway interpreta con su brillo habitual a una mujer bipolar que no admite serlo, algo que aniquila sus relaciones. Su vida se nos muestra como un salto entre extremos: ahora la parte alegre de 'La La Land', ahora casi un drama de autor lituano hecho de planos fijos. El contraste funciona. 

Las otras dos joyas son 'Rallying to keep the game alive', escrito y dirigido por Sharon Horgan, y 'So he looked like dad. It was just dinner, right?', escrito por la fallecida Audrey Wells y dirigido por la más conocida como actriz Emmy Rossum. En el primero, Tina Fey y John Slattery son trasuntos de la escritora Ann Leary y su marido, el actor Denis Leary, quienes salvaron su matrimonio con el tenis. Como en 'Catastrophe', Horgan investiga el universo conyugal de forma incisiva a la par que emotiva. En el dirigido por Rossum, una joven (Julia Garner) se acerca a un hombre maduro (Shea Whigham) en busca de un amor que no parece saber del todo si debería ser paternal o sensual. Garner y Whigham obran su conocida magia en una historia cargada de emoción extraña e incluso ambigüedad, aunque esa inesperada coda del episodio final clarifique el desenlace.

Menos memorables son ese episodio final, relato demasiado épico sobre amor en la tercera edad, o el quinto, esa torpe comedia romántica sobre una segunda cita que acaba en el hospital. Como la vida es corta, recordemos: solo el segundo, tercero, cuarto y sexto merecen amor.

'Modern love' se estrena completa en Prime Video el próximo viernes, día 18.