ENTREVISTA

Johnny Cifuentes (Burning): "Es mejor dejar un cadáver bonito"

La banda madrileña, autora de temas legendarios del rock español como 'Jim Dinamita', '¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este?' y 'Mueve tus caderas', se despide del público de Barcelona con un concierto en Apolo

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Jordi Bianciotto

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Después de 45 años de rock’n’roll, carretera y manta, Burning pone punto y final a su singladura. Últimas estaciones: La 2 de Apolo, este viernes, y La Riviera (Madrid), el sábado. Hablamos con el gran superviviente del grupo, el cantante y teclista Johnny Cifuentes.

Esta despedida, ¿es de verdad o es un toque de atención para decirnos “hey, seguimos aquí”?

No, no, no es ninguna broma. Es de verdad. El viernes será la última vez que tocaremos los Burning en Barcelona.

Burning encarna una manera de hacer rock’n’roll muy asociada a Madrid, con orígenes en el barrio de La Elipa, pero en sus inicios tienen una conexión importante con Barcelona.

Sí, ese pájaro tan rico que era Jordi Vendrell, que estará con muchos de nuestros colegas por ahí arriba. Él se encargó de viajar de Barcelona a Madrid a buscarnos porque en la discográfica Belter querían crear un sello más ‘underground’, que fue Ocre. Vendrell era un chico magnífico, un amor de tío. Produjo el primer álbum, ‘Madrid’, aunque antes habíamos hecho un par de ‘singles’ en inglés raro, porque no sabíamos el idioma. No sé si yo ahora puedo ser capaz de explicar lo que era publicar un primer álbum para nosotros, tíos de 20 años. Se te abrían los ojos como túneles. Y a partir de ahí, quince discos más.

A mediados de los 70 estaban los cantautores y el club del rock sinfónico. Burning iba por otro camino: el rock’n’roll callejero.

Sí, en la meseta el rock era más furioso, y en la costa y en Catalunya había esa onda un poco más sinfónica, con Iceberg o la Dharma. Pero nos influyó todo lo que escuchábamos, incluyendo a Yes o Genesis. En ‘Madrid’ hay una canción que dura diez minutos (‘Sin tiempo para vivir’), que en realidad es la unión de dos o tres. Nosotros comenzamos a contar las cosas que pasaban a nuestro alrededor, en los barrios, con nuestras chicas... En fin, todo muy fresco y con ganas de divertirnos.

"Yo diría que todas las canciones se basaban en hechos reales. Aunque siempre tienes que meter algo para que resulte más mágico"

¿Retratos verídicos o un poco peliculeros?

Yo diría que prácticamente todas las canciones se basaban en hechos reales. A mí se me dan mal las pelis. Aunque lógicamente siempre tienes que meter algo para resulte más mágico. Pero éramos cinco tíos que trabajaban cada uno en sus cosas y a que a las siete de la tarde se metían en un local en las afueras de Madrid.

Los Rolling Stones eran su grupo de cabecera.

Era el denominador común entre los cinco miembros del grupo. Pero también nos influía Lou Reed, y el glam. Nos gustaban mucho T. Rex, Slade, los New York Dolls... Nosotros, con el afán de ‘protas’ y de salir un poco en los medios, usábamos muchísimo maquillaje, pintura, botas... Eran toques para llamar la atención, ya que no podíamos tirar televisores en los hoteles, porque no teníamos ni hoteles, ni televisores.

El sello Ocre fichó en paralelo a la Banda Trapera del Río, de Cornellà. ¿Paralelismos?

Éramos bandas que decíamos cosas; ellos, en una onda más punk, más dura, y nosotros en lo que hemos llamado siempre el sonido del filo de la navaja, ni demasiado duros ni demasiado blandos. Todos mis buenos recuerdos para Morfi y toda su peña. Fueron compañeros de viaje.

Pronto despacharon canciones que se convertirían en míticas: ‘Jim Dinamita’.

Sobre ese tipo que siempre ha habido en los barrios y que era el más chulo. En todos los sitios ha habido un ‘chino’, un ‘negro’... Son los motes, no es que fueran ni chinos ni negros. El tipo que controlaba prácticamente todo. Esa es la historia de ‘Jim Dinamita’. Y aunque pudiera parecer alguien conflictivo, era un tipo romántico que luego estaba dispuesto a ayudarte y le molaba que alguien de su barrio se dedicase a la música.

"Prácticamente el 90% de nuestro repertorio consistía en dedicar cosas estupendas a las mujeres que conocíamos"

En sus canciones las mujeres suelen ser ‘nenas’, o algo peor: la “mujer fatal” de ‘Qué hace una chica como tú en un sitio como este’. Hoy no durarían ni cinco minutos.

Esto me hace muchísima gracia. Si se quiere sacar de contexto se puede sacar perfectamente, pero nunca se nos pasó por la cabeza tener un detalle grosero o feo con las chicas. Prácticamente el 90% de nuestro repertorio consistía en dedicar cosas estupendas a las mujeres que conocíamos. Salían de estar con ellas muy a gusto, cantando y durmiendo juntos. Las letras surgen así, sin ninguna historia podrida.

En ‘Bulevar’ (1980) se acercaron a la new wave británica.

Somos permeables, y en esa época nos influyeron Graham Parker, Elvis Costello, Joe Jackson... Va más por esa onda, que también nos gustaba dentro de nuestros parámetros de rock’n’roll.

Hay dos lloradas bajas en su historia: el primer cantante, Antonio Martín (falleció en 1991, aunque había dejado la formación ocho años antes), y Pepe Risi, guitarrista y cantante (1997). Dice Fito de la Parra, de Canned Heat, que “las mejores bandas son las que tienen más muertos”.

Es una opinión muy cachonda, pero no lo sé. Esas tragedias llegan, pero tienes que comer. Ellos marcaron su camino, no se fueron de vacío. La mayoría de la gente que tiene una vida normal no pasa ni por el 20% de sus vivencias. Nosotros nos enganchamos a ese carro del rock’n’roll y ha sido como un viaje a través de los sueños que tienes desde pequeño. Enriquecerte de la noche del barrio de Carabanchel, de los personajes y de las historias,

"Queríamos ser Lou Reed o Keith Richards, y pagamos la inocentada, por pardillos"

Las drogas castigaron a la banda.

En aquella época todos los que tocábamos rock’n’roll veíamos cómo los pasteles iban pasando por tu lado. Algunos somos más golosos que otros, y bueno, se cae en ese error del principiante. Queríamos ser Lou Reed o Keith Richards, y pagamos la inocentada, por pardillos. Las tragedias que se asoman a la vida cuando te dedicas al rock’n’roll. Los pequeños o grandes peajes que hay que pagar. Pero nadie es imprescindible, y siempre seguimos adelante. Al grupo esto nos pegó dos veces. Pero había algo más importante, que era la banda, y lo arreglamos con temas nuevos, una nueva gira y adelante.

¿Entiende ahora aquella atracción por el lado salvaje tan de los 70?

A ver, es divertido, da mucho morbo, aunque a mí ya hace mucho tiempo que dejó de dármelo. En aquella época, estar enfermo, o mejor, parecerlo, molaba. Pero a Lou Reed no se le recordará por lo que se metía, sino por sus canciones.

"Son 2.000 actuaciones en 45 años, llenos de kilómetros...  Creo que ya ha llegado el momento"

Nunca ficharon a un cantante, sino que la voz solista fue pasando de un miembro a otro.

Nunca pensamos que alguien pudiera hacerlo más que nosotros. Cualquiera de nosotros podía ser cantante de Burning.

El rock’n’roll, como lenguaje juvenil movilizador, ¿ya no es lo que era?

A nosotros ya nos han pasado muchísimas modas por delante. Sabemos que hay momentos en que la gente está más por el rock y otras en que priman otros estilos. Yo creo que las modas pasan. La gente joven tiene derecho a equivocarse, pero si de verdad te gusta la música, buscarás y encontrarás una buena frase, una buena melodía y un buen ‘riff’.

¿Por qué se disuelve Burning?

Podríamos estar toda la vida, pero prefiero dar este volantazo y dejar un cadáver bonito, y con la banda arriba, porque venimos de estar a tope en los conciertos. Son 2.000 actuaciones en 45 años, llenos de kilómetros..., y creo que ya ha llegado el momento. Es una decisión no demasiado pensada, pero me apetece.

Ahí no emularán a los Stones.

No estamos ni en el Reino Unido ni en Estados Unidos como para funcionar como ellos. Y también se trata de dejar pasar a la gente nueva. Así habrá un hueco más en los escenarios para que la gente pueda tocar.

Y después de estos últimos conciertos, ¿qué?

El sábado me subiré al escenario de La Riviera y luego me tomaré unas birras y me fumaré unos cigarros con los amigos en mi bar, el Cocodrilo. El domingo estaré hecho polvo. Y el lunes..., el lunes ya es el futuro, y no tengo ni puta idea de lo que me pasará por la cabeza. Prefiero dejarme llevar.