Opinión | MIRADOR

Pablo Meléndez-Haddad

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Plácido Domingo ya es solo una leyenda en Estados Unidos

Plácido Domingo dimite como director general de la opera de Los Ángeles

Plácido Domingo dimite como director general de la opera de Los Ángeles. / periodico

Ha escogido la salida más digna. La dirección de la Ópera de Los Ángeles era el último hilo que mantenía unido a Plácido Domingo con el mercado laboral estadounidense, y el legendario artista español finalmente ha optado por renunciar. Y con este gesto –que muchos daban por hecho hace semanas– se acaba una etapa de gloria en la trayectoria del cantante, director de orquesta y gestor, pero también en la industria de la ópera norteamericana, a la que Domingo llegó para construir casi de la nada dos compañías que se convirtieron en fundamentales en el circuito del país.

A partir de este agosto fatal para el madrileño, había habido en Estados Unidos un lento goteo de cancelaciones de contratos con coliseos con los que Domingo tenía comprometidas actuaciones, como los de Filadelfia, San Francisco o Dallas. Lista a la que se unió la Metropolitan Opera de Nueva York la semana pasada en un confuso episodio. De motu proprio o animado por la institución, renunció a todas las funciones que tenía programadas esta temporada, tanto de 'Macbeth' como de 'Madama Butterfly', dejando atrás más de 50 años de estrecha colaboración.

Con su renuncia a la Ópera de Los Ángeles, que muchos daban por hecha hace semanas, se acaba una etapa de gloria en la trayectoria del cantante

Este caso fue especialmente doloroso, ya que fueron los mismos trabajadores del coliseo neoyorquino quienes torpedearon su presencia. En la Ópera de Los Angeles –donde sigue adelante una de las dos investigaciones que se están realizando sobre las denuncias– le esperaba, además de su despacho de director, su primer 'Roberto Devereux', un debut en un papel belcantista que se uniría a su larga lista de récords.

Con la renuncia a la dirección de la Ópera de Los Ángeles –que la compañía californiana ha agradecido sin dejar de mencionar la inmensa aportación del artista a la lírica en esa ciudad–, Plácido Domingo en EEUU es ya una leyenda.

Ya se sabe que en Europa y en Asia la percepción del problema ha sido muy diferente: no tan solo no se le han cancelado contratos, sino que además se los están ofreciendo desde Rusia para tapar esos agujeros que comenzaban a abundar en la agenda del artista, y se le espera en los que ya tenía en Suiza, Austria, Italia, Alemania, Polonia, Inglaterra y España. Europa le abre sus puertas y así se lo han demostrado en el Festival de Salzburgo, en el que no solo le apoyaron con un comunicado de la directora, sino que, lo más importante, fue recibido con una ovación cuando interpretó 'Macbeth' dos semanas después de estallar el caso.

El apoyo de la profesión a este lado del Atlántico ha sido unánime, salvo por una acusación de una extrabajadora de una discográfica en Alemania. Los directores de diversos teatros, por el contrario, han emitido comunicados institucionales en los que se invoca la presunción de inocencia y en los que se subraya la actitud y el comportamiento siempre ejemplares de Domingo. Uno de los últimos en sumarse ha sido su colega y amigo Josep Carreras, con quien compartió extensas e intensas aventuras artísticas como la de la millonaria gira de los Tres Tenores junto a Luciano Pavarotti.