¿Qué significa el amor a los 80 años?

¿Existe el amor romántico? ¿Qué representa el amor a los 80 años? ¿Qué visión tienen de él las personas mayores que están de vuelta de todo? Estas y otras preguntas están detrás de 'Càsting Giulietta' un curioso montaje teatral protagonizado por ocho valientes mujeres de entre 79 y 90 años que ha inaugurado la temporada del Lliure de Gràcia. Juan Carlos Martel, director del histórico teatro desde hace menos de un año, sigue la senda iniciada con 'Sis personatges. Homenatge a Tomás Giner' en esta nueva propuesta estrenada brevemente en el Festival Grec que estará en cartel hasta el 13 de octubre. 

Se trata de un montaje profesional creado con debutantes con mucha vida e historias que contar. El trabajo de Marc Artigau, responsable de la dramaturgia, ha sido trenzar sus vivencias sobre el amor en un montaje lleno de verdad que parte de una ficción. La elaboración de un documental sirve de excusa para poner a cada una de ellas ante una cámara que evoca momentos de su existencia. Todas han sido Julieta alguna vez, pero cada una tiene una visión diferente del amor. "Cuanto más se alarga la vida más se amplía la idea del amor", afirma Martel. ¿Qué tienen en común esas mujeres con la figura femenina protagonsita del drama de Shakespeare 'Romeo y Julieta'? "Cada una de ellas es Julieta, cada una ha vivido un gran amor pero no sabrás nunca si lo que cuentan es verdad o mentira". La soledad, la vejez y los prejuicios en torno a la gente mayor también aparecen en este proyecto de teatro social que parte de la realidad de diferentes mujeres para explicar historias cargadas de verdad. "Ellas están de vuelta de todo", resalta. "Tienen una enorme experiencia de vida y ganas de contarla. Mi trabajo ha consistido en sintetizar y dotar de ritmo el espectáculo". 

Experiencia singular

'Càsting Giulietta' no habla solo de relaciones de pareja, también del amor a los hijos, a las plantas, a las madres, a los nietos, del amor a los animales y hasta del amor a las vajillas. "Pero también aparece el amor propio, algo no siempre bien visto para la gente de su época que han tenido que descubrir", resalta Àurea Márquez, la única actriz profesional del reparto. Está fascinada con este trabajo, tan diferente a un montaje tradicional en el proceso de creación, tan distinto a todo lo que había hecho hasta ahora. "Me hace más ilusión esto que hacer Medea", le dijo al director cuando le propuso participar en el proyecto. Entonces no sabía todavía que Genoveva, una mujer a la que su compañero cuida como voluntario de la Fundació Avis-Mon Catalunya, acabaría formando parte del espectáculo junto al resto del equipo, seleccionado por el responsable de la Fundació Amics de la Gent Gran. 

"Es una gran experiencia hacer esta obra porque se ha escrito a base de lo que nosotras queríamos decir sobre el amor. Hay muchas clases de amor. Todo ha cambiado", afirma Mariona Mayolas, de 82 años y memoria impresionante. Sus colegas piensan igual. Mayolas comenta que, sin embargo, las infidelidades están hoy tan a la orden del día como antaño. Y como ejemplo recita la letra de una canción cómica de Los Vieneses, famoso grupo de su época.

Ella se quedó viuda hace 15 años. Antes trabajó como enfermera y actualmente da clases orales de catalán a recién llegados a Barcelona. Confiesa haberse sentido muy cómoda trabajando con Martel y Clara Manyós, la ayudante de dirección. ¿Qué ha aprendido del teatro? "Qué todo es mentira pero siempre hay algo de verdad". 

Tanto ella como sus compañeras se han puesto las pilas con los ensayos y preparación del montaje. Se lo han pasado tan bien que si cuando acaben las funciones en octubre les proponen subir de nuevo a escena, firman seguro.