RING LITERARIO (7)

Mario Vargas Llosa contra Gabriel García Márquez

Una amistad desigual entre fan e ídolo. Una esposa más correveidile que un paje de Shakespeare. Un cate en la ceja. Un pique más animado que todos sus libros juntos

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Kiko Amat

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Los piques literarios a veces terminan a puñetazos, y el más célebre lo encajó Gabriel García Márquez, alias 'Gabo', del viril puño de Mario Vargas Llosa, alias 'La Losa'. Debo confesarles que me resulta complicado escoger campo, pues ambos escritores me provocan una dentera parecida. Pero si no hay más remedio me aliaré con 'Gabo', por la misma razón que escogería a Sauron antes que a Saruman o Robbie Williams antes que a Gary Barlow.

'Gabo' y 'La Losa' tenían mucho en común. Ambos compartían la desdicha de ser lectores de Faulkner y tener padres ausentes. Y eran latinoamericanos, tienen razón (pasaron tanto tiempo de gorra aquí que a veces olvido sus nacionalidades). La antesala a la tragedia fue que Vargas Llosa era fan de García Márquez. Releyó 'Cien años de soledad' hasta que perdió ambas retinas, escribió una tesis tocha sobre su ídolo y a veces, si le dejaban solo en el dormitorio de 'Gabo', abría cajones y se echaba a la nariz la ropa interior del maestro.

Pero, como cantó Meat Loaf, 'I’d do anything for love (but I won’t do that)'. En 1969 Vargas Llosa se mudó con su doña a Barcelona, bien cerquita de donde residían 'Gabo' y esposa. Los cuatro iban a todas partes juntos, ofreciendo sus literarios traseros para besuqueo en los copetines de la 'Gauche Divine'. En 1974, en el crucero de regreso a su tierra, MVL se enamoró de una lagarta y, como solían hacer los literatos de antaño, dejó a su mujer. Los García Márquez tomaron partido por la dejada. La dejada, cuando MVL volvió al redil, se chivó. Vargas Llosa siguió sonriendo a su exídolo con su mueca de muñeco tragabolas, pero el puñal había sido hincado.

En 1976, Patricia Llosa fue de visita 'chez Gabo', y al final de su estancia el autor la llevó al aeropuerto. Por el camino, el colombiano tomó la salida equivocada y la mujer temió perder su avión. 'Gabo', según se cuenta, le espetó que no pasaba nada, que si lo perdía podían aprovecharlo para hacer el 'rumpy-pumpy' (se desconocen sus palabras reales). La señora, para no perder la costumbre, no tardó en chivarse al marido.

'Gabo' cometió un error mayor que tirarle los tejos a Patricia 'Suero de la Verdad' Llosa. A los pocos meses, en Ciudad de México, topó con su exfan en un cine, y en lugar de brincar tras el mostrador de palomitas o pedir prestado un bate de críquet, se dirigió hacia el otro con los brazos abiertos (desprotegiendo su faz), al extasiado grito de "¡hermanito!". Vargas Llosa respondió con un simple y efectivo gancho de derecha. Para evitar dudas, tanto del noqueado como de los biógrafos del 'Boom', Vargas Llosa rubricó su 'knockout' con la frase: "¡Esto por lo que le dijiste a Patricia!". Pasarían el resto de su vida sin hablarse.