CRÓNICA

Y&T, lagrimones de hard rock en Razzmatazz

La banda californiana sacudió y emocionó a sus fans con su repertorio de clásicos rockeros y baladas, enraizado en los años 70 y 80

Dave Meniketti, en el concierto de Y&T en Razzmatazz

Dave Meniketti, en el concierto de Y&T en Razzmatazz / periodico

Jordi Bianciotto

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Encantadora escena, la de este jueves en una sala 2 de Razzmatazz repleta de señores de mediana edad en ejercicio del culto a una antigua banda de hard rock que sigue operando contra el viento, la marea y los cambios de gusto. Un artefacto, Y&T, que nunca estuvo en la cresta de la ola y menos todavía lo está ahora, pero que ha salido a festejar su 45º aniversario con la cabeza bien alta.

Y&T es un grupo californiano que surgió en 1974, bautizándose en honor a la canción de los Beatles ‘Yesterday and today’, y que vivió su época más boyante entre 1981 y 1985, alrededor de álbumes como ‘Earthshaker’ y ‘Mean streak’. Esas fueron las obras más citadas a lo largo de un concierto en el que quisieron tocar al menos una canción de cada disco, lo cual hizo trepar el minutaje hasta las dos horas. Perdida hace mucho la ambición de conquistar el mundo, Y&T cultiva la fidelidad del fan dándolo todo cada noche. Y peinando mercados que en los viejos tiempos ignoraron: en España, Y&T no debutó hasta el año 2003.

Excitar sin sobreactuar

Hoy más que nunca, hablamos de una banda sujeta a un hiper-liderazgo, el de Dave Meniketti, principal compositor, cantante y guitarrista solista. Su estilo con las seis cuerdas es sobrio y melódico, y brinda constantes diálogos con la otra guitarra del grupo, ahora en manos de John Nymann, como se pudo observar en la misma canción que abrió la noche, ‘Hurricane’. Doblando melodías como en su día Thin Lizzy, y cruzando hasta cuatro voces en las armonías de ‘Lonely side of town’ o ‘Don’t stop running’, Y&T trajo del túnel del tiempo un hard rock que buscaba la excitación sin sobreactuar, y que fue inspirador para bandas que acabarían llenando estadios como Bon Jovi.

El grupo recordó que en su primera etapa practicó un hard más lento y pesado, con muestras como ‘Struck down’, un tanto proto-stoner, y que fue un aplicado teórico de la ‘power ballad’: ahí hay que mencionar ‘I believe in you’, con sus siete minutos de trayecto y su escena de lucimiento de Meniketti arriba y abajo del mástil. Cerca de este cronista, dos probos rockeros se abrazaban recordando la juventud perdida entre lagrimones así de grandes. “¡Ya no hay bandas así!”, etcétera.

Las guindas del pastel, en el tramo final con la casi eurovisiva ‘Summertime girls’, ‘I’m coming home’ y un ‘Forever’ que lo tiene todo: galope rockero, estribillo coreable y desenlace épico y sentido guitarras en alto. Y&T, o cómo una querida banda de segunda división lucha noche tras noche para conservar cada centímetro de su legado.