EXPOSICIÓN ULTRALARGA

Esta foto captura un año de vida en el Mies van der Rohe

El pabellón de Montjuïc acoge una intervención del alemán Michael Wesely en la que destaca una foto de un año de exposición del propio edificio

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Mauricio Bernal

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En clase de fotografía le explican a la gente la obviedad de que cuanto más tiempo permanece abierto el obturador más luz entra por la lente, y que es un recurso que se suele emplear cuando el fotógrafo quiere dar a sus imágenes una cierta sensación de movimiento. Se llama exposición larga. El alemán Michael Wesely es el hombre que ha llevado este procedimiento a su máxima expresión: el fotógrafo que lo ha forzado hasta límites insospechados. Lo que hace se llama, de hecho, exposición ultralarga. No estamos hablando de disparar, fotográficamente hablando, durante 10 segundos. No estamos hablando de minutos. Estamos hablando de mantener el obturador abierto durante 365 días. Un año. Se puede hacer. Wesely lo ha hecho. ¿Cómo es una foto de un año? Hay que visitar el pabellón Mies van der Rohe para saberlo.

Hasta el 13 de octubre, el pabellón de Montjuïc exhibirá la considerablemente mayúscula reproducción sobre cristal –3 x 6,5 metros– de la foto que Wesely hizo en el propio edificio durante un año, entre el 13 de septiembre del 2017 y el 13 de septiembre del 2018. La foto fue tomada desde el interior del recinto con la cámara mirando hacia el exterior –hacia la plaza de Carles Buïgas–, y allí mismo se exhibe. El artilugio que permite ejecutar este ejercicio del orden de lo desmedido es un aparato, por decirlo así, 'marca Wesely', que al artista le tomó una década desarrollar, una criatura suya y solo suya con la que lleva años haciendo sus personales fotos. Aquel 13 de septiembre la instaló, la puso en marcha y al cabo de un año regresó para pararla. "Una película fotográfica puede recibir tanta luz como agua puede recibir un vaso", dijo Wesely ante la prensa este jueves. "El asunto aquí es a qué velocidad llenas el vaso".

Capturar el tiempo

Todo lo cual, naturalmente, se hace no al servicio de la desmesura sino de una reflexión sobre algo superior: el tiempo. Se suele decir que la fotografía es la captura del instante, lo cual Wesely convierte en ligereza. Su fotografía captura el tiempo. "Se trata de olvidar el espacio y transformarlo en tiempo", explica. ¿Se puede ver eso que es un abstracto, eso que en imágenes se ha asociado siempre con las manecillas de un reloj? Wesely consigue esa locura.

Después de un año con el obturador abierto, la cámara del artista alemán ha arrojado una fotografía desoladora, una imagen del pabellón vacío y de la plaza vacía al fondo, una foto que muy, muy a simple vista, podría parecer una foto normal, del instante, del obturador abierto durante un segundo. Pasan 100.000 personas por la Mies en un año, se organizan eventos, hay intervenciones artísticas, hay vida, ¿y qué es lo que queda? Un poco la nada. Un poco la soledad. Un poco la sensación de que somos efímeros. La cámara que fotografía el tiempo se queda con lo permanente, mejor: lo que permanece. Ni siquiera el hombre que día a día monta guardia en el exterior para cobrar la entrada aparece. En una foto de un año, no existe.

"Se trata de olvidar el espacio y transformarlo en tiempo", dice el artista

Pero, como es una foto de un año, habla de otra manera. Hay otra textura, hay detalles; hay, básicamente, una invitación a mirar bien. "Es algo arqueológico", dice Wesely. "Tienes que usar los ojos para cavar en la imagen". La reflexión sobre el tiempo la completan otras dos fotos de larga exposición, pero no tan larga: una de 20 minutos de una estación de tren de Nueva Delhi y otra de seis meses de unos nenúfares en su hábitat natural. La intervención se expone bajo el título '1:100 Past and present', y estará poco tiempo por una razón sencilla: que a la Mies mucha gente se desplaza para ver el pabellón en todo su esplendor, sin intervenciones. Serán poco más de dos semanas. Es decir, nada.