El toque Herralde

No es menos que un consenso con tendencia a lo absoluto el que campa entre el sector editorial a la mención de ese nombre mágico: Anagrama. Según quién es "ejemplo", según quién es "espejo", según quién es "faro". La editorial que Jorge Herralde puso en marcha hace medio siglo concita la admiración del sector, que solo exhibe grietas cuando se trata de en qué parcela depositar el acento. ¿La capacidad de construir un poderoso catálogo de referencia? ¿La ideal simbiosis entre lo editorial y lo empresarial? ¿La habilidad para crear marca, o lo que es igual, lectores que compran libros de Anagrama solo porque los publica Anagrama?

"Es la gran editorial independiente, la editorial en la que todos los nuevos nos hemos mirado", dice Enrique Redel, de Impedimenta

 "Anagrama es sin duda la gran editorial independiente, la editorial en la que todos los editores nuevos nos hemos mirado, la que nos marca los objetivos", dice Enrique Redel, editor de Impedimenta. "Aúna independencia de criterio y buenos resultados a nivel empresarial. Pero sobre todo, ha construido un catálogo cuyos nombres son los que marcan la escena literaria del momento. No existe otra editorial que sea capaz de ser tan prescriptiva. Mejor dicho: es la editorial que marca el estándar de la independencia. Te hace pensar: 'Esto, esto es una editorial independiente'. Es un espejo. A nivel español e iberoamericano, es un espejo".

Una historia irrepetible

El editor Luis Solano, de Libros del Asteroide, reconoce la importancia de Anagrama al punto de afirmar sin ambages que "es la editorial literaria más importante del mundo hispanoamericano en los últimos 50 años". A renglón seguido dice que tiene que ver "con su capacidad de renovación asombrosa", "su rechazo a ser conformista" y su "constante búsqueda de nuevos caminos para hacer crecer el catálogo", entre otras cosas. ¿Es un espejo, como dice Redel? "Anagrama es bastante irrepetible. Es una editorial que es más un faro que un espejo, porque si lo ves como un espejo en el que mirarte vas a salir mal reflejado, mal parado, tiene una potencia… Es muy difícil que ninguno de los que hemos aparecido en los últimos 15 años se convierta en algo parecido. Las circunstancias de mercado no lo permiten".

"Es más faro que espejo, porque si la ves como un espejo en el que reflejarte vas a salir mal parado", dice Luis Solano, de Libros del Asteroide

Lo de que hay lectores que compran Anagrama porque es Anagrama, es decir: la consolidación de una marca editorial de confianza, es decir: lo de ser una especie de Gallimard a la hispanoamericana, Jan Martí, editor de Blackie Books, lo explica de esta manera: "Recuerdo que en mis primeras compras de libros, cuando era adolescente, yo buscaba 'anagramas', porque sabía o entendía que me convendría formarme leyendo los libros de esa colección. Cuando creamos Blackie –recordando los inicios de la editorial, en el 2009– tuvimos muy en cuenta la idea esencial de Anagrama, que es el concepto de colección: una gráfica muy sólida, muy marcada, muy reconocible, para dar cabida a todo tipo de propuestas diferentes”.

"No creo que la voluntad de la editorial es que el sello sea más grande que el autor, pero en el caso de los autores menos conocidos, creo que sí, que el sello es más importante", dice Solano. En cualquier caso, "estar en el catálogo de Anagrama ya supone una especie de consagración", dice Redel. Ninguno de los dos desconoce la centralidad estruendosa de Herralde en todo esto: "En Anagrama se nota que existe un editor con un gusto determinado que es el que te recomienda casi personalmente los libros. El toque Herralde", dice Redel. "No se puede entender esa editorial sin Herralde, sobre todo sin su permanencia en primera línea durante todos estos años. No se puede entender sin el empuje, la fuerza y la ambición de Jorge", dice Solano.