30º ANIVERSARIO DE UN CLUB DE BAILE

Nando Dixkontrol: "En Psicódromo estábamos del lado de las brujas"

Hablamos con el 'disc-jockey' principal de la legendaria y efímera discoteca días antes de la fiesta que celebrará los 30 años de su inauguración

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Kiko Amat

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Psicódromo permaneció abierto en el Poblenou tan solo dos años y medio, desde finales de 1989 hasta principios del 92. Pero en su breve periplo empujó a Barcelona (y la escena de club española) hacia el futuro, regalándole al público barcelonés una apoteosis de música arcana mezclada de un modo pasmoso, por no decir una ristra criminal de parrandas 'hardcore' y amanecidas no del todo salutíferas.

-Lee aquí la historia de Psicódromo, el templo maldito del baile barcelonés

-Lee aquí la entrevista con Pepebilly: "En Psicódromo éramos una comuna en toda regla" 

Treinta años después de aquel 28 de septiembre de 1989, en que abrió con 'What time is love' de KLF, reverendos y parroquia le rendirán homenaje el próximo viernes, 27 de septiembre, en una noche con los DJ originales (Pepebilly y Nando Dixkontrol, con el añadido de Ramón Moya, otro excombatiente del 'after') en el mismo emplazamiento de Almogàvers, 88 (hoy Wolf), parejo ímpetu y alma. La velada lleva guinda: tras la apertura de puertas se proyectará 'Ciudadano Fernando Gallego: Baila o muere', el estupendísimo y premiado documental sobre Dixkontrol, codirigido por Álex Salgado y Jorge Rodríguez y con banda sonora de Frans Beltrán. Entrevistamos a Nando Dixkontrol a modo de aperitivo.

La escena vanguardista del bacalao valenciano llega a Psicódromo, y se transforma en…

No "llega". Barcelona va a Valencia, y se empapa de esa cultura. Pero el fenómeno del 'after' es estrictamente barcelonés, en Valencia no hace falta. Allí lo que existe es la legalidad. El Psicódromo, cuando abrió en 1989, era un local vanguardista. Pinchábamos lo más avanzado. Generó una cultura muy especial, muy de Barcelona. No estaba mediatizado. Nos lo hacíamos todo nosotros. Familias enteras formaban parte del entorno del club.

Psicódromo estuvo a punto de ser una disco acid house.

Queríamos seguir esa línea, pero a la vez intuíamos que el verano del 89 sería el último del acid. Queríamos abrir en mayo y aprovechar el último tirón, pero no nos dieron el permiso. Durante ese verano el acid se ahogó bajo su propio peso. Al final abrimos con pop de guitarras en horario de noche y mákina de madrugada. Música fresca que nadie había escuchado aún, porque dominaba el acid.

Recuérdanos algunas mezclas míticas del Psicódromo.

'Caravan of love' de The Housemartins con 'The Godfather' de Sponie Gee. 'Last train home' del Pat Metheny Group mezclado con un corte de los Final Cut, a 33 revoluciones en lugar de a 45. Y la más mítica: Wim Mertens, el 'Maximizing the audience', mezclada con el 'Body to body' de BiGod 20. Otra mezcla especialmente difícil era un vals del hermano de Strauss con el 'Numbers' de Kraftwerk. Ahora ese 'loop' se puede hacer digital, pero entonces tenías que cuadrar a mano el 'loop' 4 x 4 de Kraftwerk con el 3 x 3 del vals.

"Me entra la risa cuando veo que Laurent Garnier pincha ocho horas seguidas una vez al año. Nosotros hacíamos dos sesiones seguidas de 12 horas, cada fin de semana"

Vuestro máximo de horas pinchando fueron… ¿Veinte?

Veintidós. Una noche de San Juan. Por primera vez empalmamos noche con 'after'. Abrimos a las doce la noche de San Juan hasta las diez de la noche del día siguiente. Fue una declaración de principios contra lo tradicional: ni hogueras, ni playa, ni salsa, ni pachanga: nos encerramos a meter maquineo industrial durante veintidós horas. Estábamos del lado de las brujas. Me entra la risa cuando veo que Laurent Garnier pincha ocho horas seguidas una vez al año. Nosotros hacíamos dos sesiones seguidas de doce horas, cada fin de semana.

En Psicódromo pinchabas lo que te daba la gana. Pero a partir del cierre de la sala empiezas a ceñirte al gusto de tu público.

En la cultura de clubs de la época la gente alcanzaba una cierta edad y abandonaba el entorno. El DJ de golpe se encontraba ante una nueva audiencia. Gente que no tenía tus raíces, que no había vivido lo que tú. Y entonces intentabas algo muy difícil, que era dejar impronta regenerando tu pasado para una nueva generación. Y, si podía ser, que los viejos regresaran. Para eso tenías que estar un paso delante, ser el más rápido, tener los mejores aparatos.

Pero "el eclecticismo se va al garete", como afirma Pepebilly en el documental.

Paco de Lucía llegó un momento en que ya había tocado techo, ya tocaba mejor que nadie en el mundo, y entonces compuso 'Entre dos aguas'. Yo, como DJ, llegó un momento en que lo sabía hacer todo, y mejor que nadie. A partir de allí, lo que me la ponía dura era 'componer' para una nueva audiencia, con un nuevo mensaje, en un nuevo club. Volver a empezar.

"Siempre habrá personas que no quieren vivir como el resto de la gente"

Cuando haces de la mákina algo masivo, ¿no te da la sensación de que has tenido que aparcar la vanguardia?

Sí. Y que has quedado encasillado a un sonido. Pero te sacrificas porque el local está montado por alguien que confió en ti, ves la ilusión en los ojos de tu nueva audiencia… Y tú, lo que quieres, no nos engañemos, es seguir estando allí arriba, de la forma que sea. Aunque tengas que prostituir un poco tu arte. Tú haces de esa nueva necesidad, de esa nueva obligación, tu vida. Te consagras a eso. Me gusta que vengan chavales de veinte años, gente que no conoció Psicódromo, a decirme que gracias a mí han descubierto esto o aquello.

¿Un sitio como el Psicódromo se puede repetir?

Sí. Siempre habrá personas que querrán hacer eso, porque lo necesitan, porque no quieren vivir como el resto de la gente. Ellos lo harán por amor, como nosotros, con un sentimiento noble, sin saber si están empezando algo o se les hará un treinta aniversario. Siempre existirá una nueva subcultura.