FESTIVAL DE MÚSICA

El volcán de Vic

El Sugar Il·legal Fest, un aquelarre de punk y hardcore sin permiso, escenario ni taquilla, celebra 20 años dinamitando las convenciones de la industria musical

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Nando Cruz

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Veinte años dinamitando las convenciones de la industria musical. Veinte años cuestionando conceptos como lógica y civismo. Veinte años sin permiso, sin escenario, sin camerinos, sin pruebas de sonido, sin patrocinador, sin taquilla, sin subvención, sin agentes de seguridad, sin vallas, sin presupuesto y sin una barra en la que vender lo que sea. Y, lo más importante: veinte años haciendo amigos. Nacido en oposición al encorsetado Mercat de Música Viva de Vic, el Sugar Il·legal Fest se consagró hace años como una inspiradora anomalía y este fin de semana cumple 20 años perseverando en su empeño.

Este fin de semana, el Sugar Il·legal Fest celebra estos 20 años de resistencia activa reuniendo algunos de los grupos que han sido aplaudidos y manteados con insistencia en este aquelarre punk y hardcore que se improvisa cada septiembre coincidiendo puntualmente con el Mercat de Música Viva. Este viernes actúan Zombi Pujol, Bullit, Turnstile, Tropical Iceland, Songstore, los Chaqueta de Chándal de Guille Caballero y los rumberos Perro Pachingo. Este sábado será el turno de Les Cruet, Mendra, Based On A Lie, Bonestorm, The Unfinished Sympathy, The Check This Outs y, faltaría más, el trío calavera: los Zeidun del Montseny, los FP de Vic y Els Surfing Sirles. Para informarse de los horarios, lo mejor es acercarse allí, a la rampa que queda junto a la chimenea de El Sucre, frente a la sede del Consell Comarcal, y preguntar abiertamente a cada grupo.

Sin Premi Puig Porret

Se dice rápido pero lo que ha conseguido el Sugar Il·legal Fest en estas dos décadas es digno de elogio y estudio. Es un festival ilegal por el que habrán desfilado decenas de bandas, que ha animado a agarrar los instrumentos a otros tantos grupos de Osona y alrededores y que, sobre todo, ha inspirado de forma directa o indirecta a colectivos de toda Catalunya a emprender iniciativas similares: esto es, ocupar la vía pública y liberar los sentimientos más ardientes a través de la música. El ejemplo más cercano es el Adoberies Fest que este mismo fin de semana se celebra también en Vic.

Inexplicablemente, el Sugar Il·legal Fest nunca ha recibido un Premi Puig Porret. Tal vez, porque el jurado que lo otorga sabe que nadie iría a recogerlo. Otra cosa que tampoco tiene este festival es un director. El Sugar Il·legal Fest es como aquel concierto de los Sex Pistols de 1976 en Manchester considerado la chispa que prendió la revuelta punk. Lo mismo, pero sin pátina de acontecimiento único. Lo mismo, pero repetido 20 veces. Es histórico por su obstinada perseverancia. Es histórico porque siempre es la misma historia: alguien llega a media tarde con un generador, alguien trae una batería, cuatro mendas se ponen a tocar, empieza a juntarse gente y… otra vez se lía. Amenazante como un volcán que estalla puntualmente cada septiembre, el Sugar entra este viernes en erupción donde siempre y como siempre. Y ante las amenazas de lluvia, la lógica interna indica que aquí no habrá plan B que valga: “El único plan B es quedarse en casa, cosa que nosotros no vamos a hacer. Si llueve, haremos lo que hemos hecho siempre: hacer ver que no está lloviendo”.

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