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Fallece el músico de culto Daniel Johnston a los 58 años

El artista de Sacramento amasó un cancionero pop influyente a pesar de sus problemas mentales

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Juan Manuel Freire

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El compositor pop y rock de culto Daniel Johnston, célebre por sus canciones naíf a la par que resonantes sobre el amor, falleció en la noche del martes a los 58 años. Johnson se estaba recuperando muy bien, según ha explicado su familia, de una insuficiencia renal, pero un ataque cardíaco acabó con su vida. 

Nacido en Sacramento (California) en 1961, Johnston había sufrido durante casi toda su vida adulta de graves problemas físicos y mentales. Fue diagnosticado de trastorno bipolar y esquizofrenia. Además, sufrió de diabetes, infecciones de riñón e hidrocefalia. A pesar de todo ello, siguió abriéndose camino en la composición y creando temas icónicos.

Johnston reunió un verdadero arsenal de grandes canciones pop desafinadas, con notas más espaciadas de la cuenta, o notas que faltaban, en las que cantaba con voz temblorosa sobre el amor (muy a menudo, el no correspondido) y la vida. En clásicos de la talla de 'Life in vain', 'True love will find you in the end' ("El amor verdadero te acabará encontrando/Sabrás quién era realmente tu amigo") o 'Walking the cow', resumió sentimientos complejos en pocas palabras.

Incomprendido por las multis

Su primer álbum, 'Songs of pain', apareció en 1981, originalmente en forma de una casete que Johnston repartió entre sus amigos. El tema de apertura es fundacional: en 'Grievances' hablaba ya de su amor no correspondido por una bibliotecaria, Laurie Allen, musa de muchas de sus canciones; y uno de los versos incluye el famoso 'Hi! How are you?' ("¡Hola!, ¿cómo estás?") que acabaría convertido en una especie de eslogan personal.

Precisamente así se llamó su sexta y, quizá, más popular colección de canciones, publicada en 1983, año en que lanzó otras dos casetes. Hacia finales de década empezó a coquetear con sellos de verdad, y entrados los 90 incluso grababa en estudios profesionales, en lugar de solo en casa. Su aventura multinacional no duró demasiado: Atlantic solo llegó a publicarle un disco, 'Fun', en 1994. Su último álbum, 'Space ducks', inspirado por su cómic de igual nombre y con la participación de Eleanor Friedberger o Unknown Mortal Orchestra, se publicó en el 2012. 

Él mismo solía encargarse de dibujar las portadas de sus discos, de trazo simplista pero retorcido. En el 2012 pudo verse en Barcelona la exposición 'Visiones simbólicas. Una mirada al universo de Daniel Johnston', basada en el tesoro personal reunido por su antiguo mánager Jeff Tartakov. Este explicaba así a EL PERIÓDICO cómo consiguió muchas de las obras: "A mediados de los 90, Daniel hacía viajes a Austin para visitar tiendas de discos y a menudo cambiaba dibujos por crédito en la tienda. Yo iba detrás de él y compraba a la tienda esos dibujos".

Favorito de muchos grandes

La sombra de Johnston fue alargada y amplia. Con la crudeza y resonancia de sus temas, Johnston se ganó, por ejemplo, la admiración de Kurt Cobain, quien vistió una camiseta del álbum 'Hi, how are you' en los MTV Video Music Awards de 1992. Ese mismo año, el Ballet de la Ópera de Lyon representó una pieza de 25 minutos basada en el disco de Johnston 'Yip/Jump music'.

En el 2004, el disco 'Discovered, covered: The late great Daniel Johnston' recogió versiones de sus temas a cargo de Teenage Fanclub & Jad Fair ('My life is starting over again', recogida debajo), The Flaming LipsEelsBright EyesBeck o M. Ward. Este último también versionó un tema suyo, 'Sweetheart', en su disco 'A wasteland companion' del 2012. Hace tres años, Lana Del Rey versionó 'Some things last a long time' para un corto de quince minutos sobre el artista.

Una de las mejores formas de conocer su historia e incluso vivirla desde dentro es el documental 'The devil and Daniel Johnston', dirigido en el 2005 por Jeff Feuerzeig. Fue la película que se proyectó antes de sus cinco conciertos de despedida de otoño del 2017, en los que tuvo a Jeff Tweedy o Built To Spill como banda de acompañamiento. Con ella se puede aprender mucho sobre el genio creativo de Johnston y también su intensa vida, con episodios de angustia como el momento en el que, creyéndose el fantasma Casper, hizo caer la avioneta en que volaba con su padre. Vivieron de milagro.

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