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Curiosidades de la comedia 'Vivir dos veces' explicadas por su directora

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Eduardo de Vicente

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La realizadora catalana María Ripoll (Tu vida en 65 minutos, Ahora o nunca) vuelve esta semana a las pantallas con una comedia, género en el que se ha especializado últimamente, pero que esconde también un tono dramático. Se trata de Vivir dos veces, para la que ha contado con un reparto encabezado por el argentino Óscar Martínez (El ciudadano ilustre, El cuento de las comadrejas), Inma Cuesta (La novia, Todos lo saben) y la joven Mafalda Carbonell (vista en Club Houdini), que es el descubrimiento del filme.

La trama se centra en un profesor de matemáticas jubilado que descubre que empieza a padecer un Alzheimer que va limitando sus capacidades. Su hija, casada con un individuo en paro que pretende hacer de coaching para gente con problemas y madre de una niña adicta al móvil, intenta ayudarle a superar la situación. Todo se complica cuando el anciano se empeña en intentar volver a ver a su amor de infancia y, con la complicidad de su nieta, emprende un viaje en automóvil sin destino fijo.

El filme se ve con una sonrisa y, a veces, también con alguna lágrima. Resulta muy emotivo y tiene uno de sus principales alicientes en la interpretación de un elenco muy compenetrado en el que sorprende, sobre todo, el acento castellano del actor bonaerense y la espontaneidad de la niña. La propia directora, María Ripoll, nos explica éstas y otras anécdotas del rodaje del filme.    

-Oscar Martinez y el castellano. “Es la primera vez que el actor argentino hace un papel en castellano. En principio, en el guion estaba justificado que tuviera acento argentino, su padre venía de allí, pero nos dimos cuenta que lo complicaba mucho y no hacía falta ya que lo importante es el ser humano. La verdad es que estamos muy orgullosos del resultado porque es muy difícil hacerlo y está muy bien. Mafalda no lo conocía y, con la espontaneidad que la caracteriza le dijo “tú no eres de aquí” y Óscar le contestó “por qué lo dices, si no se me nota”. Pero ella es así y todos nos reímos”.

-Mafalda, el descubrimiento del filme. “La conocimos en un casting, Tras una búsqueda exhaustiva, las responsables me insistieron en que viera su prueba y me quedé sorprendida. Era una bomba y quise conocerla. Tuvimos que adaptar el guion a su medida porque su personaje debía tener 16 o 17 años, pero ella tenía 9 y cumplió los 10 durante el rodaje y fue un gran acierto. Yo sabía que puedes tener dos grandes actores protagonistas como Óscar e Inma, pero si la niña falla, la película cojea muchísimo”.

-Problemas de movilidad. “La cojera de su personaje es real, tiene problemas de movilidad como se menciona en la película. Lo que se cita en la película también es auténtico, los médicos le dijeron que no podría caminar. Es hija del actor Pablo Carbonell y está claro que sus padres han hecho un gran trabajo de apoyo, de educación para llevarla a médicos a forzarla a intentar caminar y de cariño, para que sea quien es. No tiene complejos, es viva, tiene autoestima, es curiosa y fuerte. No camina bien pero era la que mejor aguantaba el rodaje. Su madre dice que es un señor de 80 años en el cuerpo de una niña, con todos trabaja de tú a tú, tiene mucha gracia y conquistó a todo el equipo desde el primer día”.

-Rodando en Valencia y las afueras. “Es curioso porque es una zona con unas localizaciones maravillosas y muy vírgenes para filmar. Nos acogieron estupendamente y todo fueron facilidades. Los actores secundarios y los extras estaban muy entregados, eran muy profesionales y aplaudían después de cada toma porque estaban muy contentos de participar”.

-La camiseta de los pepinillos. “En un momento del filme, los protagonistas deben ponerse una ridícula camiseta de “Pepinillos Gordillo”, pero fue una incorporación de última hora. En el guion ponía que lucían la frase “Teruel existe” pero en ese momento salió el anuncio de una popular empresa de muebles que la usaba y tuvimos que cambiarlo porque temíamos que sacara al espectador de de la película y tuvimos que improvisarlo al final”.

-Matemáticas… y Química. “Para mí fue una bendición el momento en que se conocieron Óscar y Mafalda. Él acababa de rodar tres películas en Argentina, casi no sabía ni dónde estaba e ignoraba que la niña ya no era una adolescente y se quedó parado. No entendía nada. La sonrisa que ella le hizo y lo que le dijo le conquistó inmediatamente. En ese momento supe que la relación en la pantalla entre ellos iba a funcionar”.

-Alzheimer con humor. “La enfermedad de Alzheimer es muy dramática, es uno de esos temas tabús de los que no se habla, como la muerte. Somos propensos a esconder la cabeza debajo del ala. Pero intentamos tratarlo de un modo divertido con situaciones muy surrealistas, hacerlo cercano porque hay mucha que gente que puede sentirse identificada. El reto que me plantee era que quería mantener un equilibrio, que no se nos fuera la mano ni en lo cómico ni en lo dramático, que fuera muy respetuosa. Me siento muy orgullosa. Siempre mido la repercusión de las películas por el tipo de abrazo que me dan los espectadores y, en este caso, han sido largos, profundos y agradecidos”.

-El papel de la música. “La música es lo último que permanece en la memoria. Con una nota o dos podemos recordar una canción. Para mí una buena película debe tener, básicamente, buenos actores, un buen guion y una buena música, que es la que añade la emoción. También buscaba en cada momento el equilibrio musical. Si se hacía demasiado pomposa la quitaba. Podíamos haber hecho un filme demasiado edulcorado, pero yo quería una niña punky, Esta contando una realidad cercana y la vida misma es dura, pero con humor”. 

-A Inma le cuesta. “A Inma le gustó mucho el guion pero había algo que no le acaba de encajar ya que entendía que era demasiado joven para tener una niña de 17 años. Cuando encontré a Mafalda la llamé y, casualmente, era el día de su cumpleaños y le dije que tenía a la hija perfecta. Se alegró mucho y decidió que la haría”.

-Las nuevas tecnologías. “Yo tengo un padre muy mayor y muy cuerdo y una hija teenager y quería potenciar mucho esta relación abuelo-nieta. Miramos poco a las personas mayores y los niños están más esclavizados que nunca por la presión de las redes sociales. Es terrible que su autoestima dependa de likes, fotos inventadas y personajes que no existen. Quisimos mostrar que también se puede hacer un buen uso de las redes, ya que hacen que el anciano consiga pistas del amor perdido y queríamos potenciar la complicidad entre ambos. Una buena relación entre un abuelo y una nieta es lo mejor que les puede pasar a los dos”.

-Creando un coaching. “El personaje del padre de la niña es algo ridículo. Un tipo que está en paro y pretende tener las claves para ayudar a los demás, pero no sabe hacerlo consigo mismo. Cuando conocí al actor que lo interpreta (Nacho López) descubrí que él es todo lo contrario. Es muy inteligente y muy conversador pero respeta a todo el mundo. Por eso le pedí que fuera el coachingSe divirtió mucho, se metió mucho en el papel y al final le dije que tenía que parar, pero hizo que todos se llevaran muy bien".

-Cameo de voz. “Sí, la voz que se escucha de la madre de Margarita es mía. La hice durante el rodaje y allí se quedó. Es un detalle que hago habitualmente, igual que Hitchcock salía en sus películas, yo dejo mi voz en alguna escena o la añado en doblaje si algo ha salido mal porque me encanta ver cosas mías. Lo que pasa es que es la primera vez que la añado en los créditos finales (no sé por qué lo he hecho) por eso esta vez algunos os habéis dado cuenta, ja ja...”