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Christina Scheppelmann: "Si me hubiesen dicho que Plácido acosaba, habría reaccionado inmediatamente"

La actual directora de la Ópera de Seattle trabajó una década con el artista en la Washington National Opera

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Pablo Meléndez-Haddad

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Quien fuera directora artística del Gran Teatre del Liceu hasta julio pasado, Christina Scheppelmann -actual responsable de la Ópera de Seattle en Estados Unidos-, fue una estrecha colaboradora de Plácido Domingo precisamente en los años en los que se centran las acusaciones destapadas por Associated Press.

Primero trabajaron juntos en San Francisco, en 1994, y más tarde, entre el 2001 y 2012, colaboraron codo con codo en la capital estadounidense cuando Domingo era el director musical de la Washington National Opera y Scheppelmann era su directora artística, responsable de planificación y producción. "Si alguna trabajadora de la casa me hubiese dicho que Plácido la acosaba, habría reaccionado inmediatamente -afirma Scheppelmann desde Seatlle-. Y tengo pruebas, porque esto me pasó allí con un tenor que iba como loco detrás de una integrante del coro. Ella, una mujer casada, le rehuía hasta que un día me lo comentó. Yo hablé con el acosador y el problema se cortó de raíz. No me importa enfrentarme si me explican lo que sucede o si soy testigo de una conducta inapropiada. También en la Ópera de San Francisco me pasó lo mismo con un director de orquesta; lo hablamos y se acabó el problema".

Profesional

En ambos casos se trataba de artistas invitados. Las acusaciones contra Domingo, por el contrario, se meten en un tema tan delicado como es el abuso de poder al estar en puestos de responsabilidad en la Ópera de Wahsington (1996-2011) y la de Los Ángeles (desde el 2000). "Sí, la situación es diferente, pero en los nueve años en los que trabajé con Plácido contratando artistas para la Ópera de Washington, yo y mi asistente tomamos todas nuestras decisiones sobre criterios profesionales. Plácido colaboraba en la elección de los repartos, pero siempre argumentando si uno u otro artista era válido para tal papel".

Como mujer, Scheppelmann sí ha sufrido acoso. "Me he sabido defender, aunque nunca he vivido agresiones o violencia. Nunca me he acostado con Plácido ni con ningún director de teatro para conseguir un cargo. Trabajé nueve años con él y, como decía, todas las decisiones de contratación fueron responsables. Plácido nunca me dijo ‘contrata a esta y no a esta otra’, porque siempre sus sugerencias estaban argumentadas y eran consensuadas, como sucede en un trabajo de equipo. Si nos gustaba se le contrataba. Mi opinión o la de Plácido sobre un cantante puede no gustar, pero no he visto que él dijera algo en contra de una mujer porque lo había rechazado". Scheppelmann afirma que, como responsable de un coliseo, "si alguien me hace una denuncia de acoso o de violencia, la afronto. Pero no puedo ir detrás de alguien que coquetee. Obviamente si hay una agresión estamos ante un delito".

La gestora reconoce que en Estados Unidos la situación es especialmente sensible. "La corriente del MeToo ha calado y es muy fuerte. En este país el principio de presunción de inocencia no es tan poderoso como en Europa".  "Como es lógico -afirma-, condeno cualquier tipo de abuso de poder y de acoso laboral o sexual. Me parece inaceptable porque lo he sufrido. Pero hay que superar el 'shock' y denunciar en el momento. Los directores de teatros tenemos recursos para frenar este tipo de conductas, pero solo es posible reaccionar ante una denuncia o si se es testigo de una conducta inapropiada."