REFLEJOS POP DE UN DESMADRE

Cantando bajo la lluvia... de turistas en Barcelona

Proliferan las canciones que abordan la invasión turística de la ciudad desde perspectivas que van del retrato a la denuncia y del humor a la rabia

Fotograma del videoclip de la canción 'Barcelona', de Adonde Boy

Fotograma del videoclip de la canción 'Barcelona', de Adonde Boy

Nando Cruz

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La turistificación de Barcelona tuvo su origen en la designación de la capital catalana como sede olímpica. Y, por lo tanto, tiene una canción que la origina. Es aquel terrorífico himno titulado ‘Barcelona’. Allí Montserrat Caballé gritaba: "Un instinto me guiaba". Y Freddie Mercury la secundaba: "Ahora mi sueño se está haciendo realidad lentamente". Parecían versos redactados por la Sociedad de Atracción de Forasteros de Barcelona, una entidad público-privada fundada en 1908 por la burguesía local para explotar el filón turístico de la ciudad.

Aquella canción se grabó en 1988, pero ya profería premonitorios imperativos como "Barcelona: ¡agita nuestras vidas!" y "Barcelona, ¡abre tus puertas al mundo!”. Y aquí no nos quedó otra que acatarlos como coristas entusiasmados a la voz de: “Vivaaaaa... barsalona!”. (Es escalofriante comprobar hoy que en el videoclip el director de la orquesta enarbolaba una batuta fosforescente que más bien parecía la espada láser de Darth Vader).

Dos décadas después, Manel inició su fulgurante carrera el estrellato con ‘En la que en Bernat se’t troba’. Paseando con un ukelele por las calles de Barcelona, evocaban aquella noche en que conocieron a unas extranjeras “amb un castellà sorprenentment fluït”. El fenómeno Erasmus ya estaba totalmente instalado.  Y, en paralelo a la transformación demográfica, la arquitectónica. De esta nos alertó el trío Nueva Vulcano. Su canción ‘La ley de costas’ denunciaba con ironía la construcción del monstruoso Hotel Vela: “Gracias por el edificio / Nos hacía mucha falta / Una nueva ley / Este hotel nos va a ordenar las olas”.

Pasear por una ciudad es la mejor forma de conocerla. Y si Radio Futura y Quimi Portet ya tomaron el pulso de Barcelona recorriendo la Rambla en ‘La negra flor’ y ‘La Rambla’, respectivamente, en el 2014 Las Ruinas se dieron una vuelta por el Raval en ‘Cerveza beer’. Tras ser atropellados por un skater en el Macba, tomaban la calle de Sant Pau, llegan a la Rambla y, sorpresa: “Los guiris cantan: ¡para bailar la Bamba!”.

La explosión del turismo a unos niveles que ni Caballé ni Mercury supieron calibrar cuando trinaban eso de “por ti seré gaviota de tu bello mar” (inquietante metáfora, todo sea dicho), ha provocado que la última década haya sido especialmente prolífica en canciones sobre el turismo. Las hay de Búhos (‘Barcelona s’il.lumina’), Blaumut (‘El turista’), Muyayo Rif (‘Barcelona’), Very Pomelo (‘Turistes’)… Cada cual aborda el tema según le afecta. En Vallcarca, la presión es tan evidente que ‘Straight outta Vallcarca’, de Rude Mentally Denis, retrata en clave hardcore-punk el éxodo de los vecinos acosados por la gentrificación. En la Barceloneta, el rapero Redecki planta cara con ‘El barrio no se vende’.

La trilogía de Faura

El 'homo turistis' siempre fue una obsesión para Ramon Faura, músico, arquitecto y profesor de Historia del Arte domiciliado en el Gòtic. En 1998, con su grupo de alocada juventud Azucarillo Kings, transformó el ‘Girls & boys’ de Blur en ‘Ponte gamba en Lloret de Mar’. Diez años después, su mirada era otra y grababa como Le Petit Ramon la canción que mejor describe la angustia que provoca en cualquier barcelonés vivir encerrado en la zona cero del turismo. La tituló ‘Supermercat BCN’ y estallaba así: “No vull dormir sota el cul d'un gran turista / No vull dormir sota una càmera de fotografiar / No vull dormir tapat sota un plànol de la meva ciutat”.

‘Supermercat BCN’, piedra rosetta de la resistencia a los desmanes del turismo, anticipó una sensación que pronto sería ampliamente compartida por la población. Tan compartida que, en el 2017, el FAD organizó una exposición sobre el impacto del turismo y su comisario no fue otro que Faura. Tan compartida, que ese mismo verano el cómico Llimoo creó el personaje Adonde Boy para lanzar otra canción titulada ‘Barcelona’. Si Mercury y Caballé levantasen la cabeza hoy no creerían que habla de la misma ciudad. Empieza así: “Un viernes a las diez por primera vez te vi / Y a las 10.10 reservé un Air B’n’B”. Es lo de siempre: reír por no llorar.