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'John & Yoko: Above us only sky' o cómo se creó el disco 'Imagine'

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Eduardo de Vicente

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Uno de los festivales cinematográficos que han alcanzado una mayor popularidad en los últimos años es el In-Edit, especializado en documentales musicales. Sus seguidores ya están contando los días que faltan para que se inicie (la próxima edición tendrá lugar del 24 de octubre al 3 de noviembre) pero, para mitigar la espera nos han preparado para esta noche una especie de aperitivo y será muy especial, ya que se trata de una proyección al aire libre en la plaza Major del Poble Espanyol a las 10 de la noche donde se servirán refrescos, hamburguesas… y palomitas.

Y el título se lo merece, ya que se trata de John & Yoko: Above us only sky, un reportaje del 2018 producido por el canal británico Channel 4 que muestra aspectos insólitos del Beatle y su compañera. El filme está centrado en el largo proceso de creación del álbum Imagine y abarca el periodo situado, aproximadamente, entre 1969 y 1971. Incluye imágenes inéditas, muchas de ellas de vídeos caseros, entrevistas y muchas sesiones de grabación. Está dirigido por el prestigioso documentalista norteamericano Michael J. Epstein que, pese a su apellido, no guarda relación alguna con el legendario mánager de los Fab Four, Brian Epstein.

Una mansión convertida en estudio

Al margen de los dos artistas la otra gran protagonista es la enorme mansión en la que habitaban en esa época rodeada de naturaleza en Tittenhurst Park, en Inglaterra, en la que Lennon hizo construir un estudio de grabación en el que nacería el disco. El músico quería apartarse de Londres, del mundo y de los Beatles y esa casa en las afueras supuso su refugio, una especie de paraíso perdido durante esos años. Todo nos hace pensar que fue la etapa más feliz de su vida. Se le ve jugando con sus hijos componiendo y ensayando sin prisas y disfrutando del entorno.

Los entrevistados no son famosos salvo quizás, Yoko Ono y Julian Lennon, sino músicos que trabajaron con él como el diseñador y bajista alemán Klaus Voormann (que dibujó la portada de Revolver), fotógrafos como Kieron Murphy (un antiguo melenudo que ahora es calvo), su secretaria, Diana Robertson o el coleccionista de arte John Dunbar (sí, como el personaje de Kevin Costner en Bailando con lobos) que se centra en la obra de Yoko Ono.

El proceso de creación y su historia

El filme destaca por su capacidad para mostrar la magia de ver a un genio creando, retocando las letras o la música, improvisando en el estudio con amigos como George Harrison y también aborda muchos de los capítulos más célebres de esos años como la rueda de prensa en la cama, la devolución de la medalla que le otorgó la reina (atención al fragmento de la entrevista con una periodista indignada con su decisión) , su participación en distintas manifestaciones contra la guerra (Power to the people, Give peace a chance) o sus críticas a Tricky Dicky (Richard el tramposo. Nixon, por supuesto).

La polémica Yoko Ono es mostrada de una forma positiva aunque sus experimentos con el arte conceptual y sus extravagantes canciones sean más que cuestionables. Se la muestra no como la bruja malvada que separó a los Beatles (como algunos la ven) sino como la mujer que cambió la percepción vital del exBeatle, quien le descubrió una nueva sensiblidad e inspiró la letra de Imagine. Una niña de una familia acomodada japonesa (incluso muestra vídeos caseros de su infancia en los años 30 cuando muy poca gente podía tener una cámara de filmación) que padeció cuando su familia fue despojada de todo en la guerra mundial y le inculcó su oposición a los conflictos bélicos que ella vivió en primera persona.

De 'Imagine' a un desenlace anticipado

La canción de Imagine ocupa mucho espacio en este documental, desde el inicial escepticismo de Lennon que dudaba si el tema sería la cara A del single hasta convencerse de que sería un himno eterno, la grabación del famoso vídeoclip o la evolución de la imagen de portada del disco. Pero también podemos verlo interpretando o creando Jealous guy, Cripple inside, How? o It’s so hard, a veces utilizando un recurso cinematográfico muy sesentero, la pantalla partida mostrando la misma acción desde dos puntos de vista diferentes.

Para acabar, hay momentos escalofriantes que anticipan su final. El más destacado es la escena con un joven excombatiente algo tocado que se ha acercado a su casa para pedirle explicaciones porque cree que sus canciones hablan de él. En vez de llamar a la policía para que le echen mantiene con él una larga conversación e incluso le invita a comer algo en su vivienda. Quizás si no hubiera sido tan confiado Mark David Chapman no hubiera tenido tan fácil acercarse a él y acabar con su vida. Precisamente en los créditos finales aparecen una serie de fotografías de la pareja que acaban con una frente al edificio Dakota donde vivían y donde murió. Casi 50 años después su deseo sigue sin cumplirse, la gente sigue sin compartir el mundo. Las posesiones, la codicia, las religiones siguen provocando motivos para matar o morir. La única esperanza que nos queda es que era un soñador, pero seguro que no es el único.