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El Versus Glòries recupera 'Separacions', comedia sobre las relaciones de pareja

sep17

sep17 / periodico

Eduardo de Vicente

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Dicen que el verano es una época propicia para que la gente se divorcie. La lógica es aplastante, la pareja durante el año no tiene tiempo para compartir debido a las obligaciones laborales. Llegan las vacaciones y pasan más tiempo juntos de lo normal y es el momento para descubrir si se siguen queriendo… y soportando. Sobre esta base se edifica Separacions, una divertida comedia de Ever Blanchett que se repone estos días de agosto Separacions(el mejor mes para entenderla) en el Versus Glòries y que garantiza carcajadas.

Tan solo un rectángulo azul (que hará servirse como cama), una silla y unas rayas blancas en el suelo aparecen al inicio del espectáculo. Una historia será la central del montaje, la de Naïma (Eva de Luis) y Oriol (Raül Tortosa). Llevan diez años de relación pero ella pretende separarse, quiere sentirse independientes. No se dejarán de ver ya que son muy buenos amigos, pero la química ha desaparecido. A lo largo de la obra iremos comprobando la evolución de ambos a través de sus nuevos encuentros, sus reflexiones, sus deseos sobre las cosas que querrán seguir haciendo juntos, sus celos por sus nuevas vidas y amistades, las borracheras desesperadas, sus recuerdos, sus recaídas sexuales, etcétera. ¿A que nos suena? ¿A que hemos vivido momentos así?

El contrapunto de varios sketchs

Pero, es que entre un capítulo y otro, la trama está salpicada por una serie de pequeñas historias como contraste y contrapunto cómico que acaban por redondear el montaje y te impiden aburrirte ya que nunca sabes de qué tratará la siguiente y algunas de ellas son muy muy divertidas y casi siempre tienen un final sorpresa. Todos ellos son interpretados por Rafaela Rivas, Oscar Jarque, Carla Ricart y Christian Cànovas, que muestran su versatilidad desdoblándose en un montón de personajes caricaturizados, a cual más disparatado.

Una mujer acomodada que no está dispuesta a que su marido, un contable, la abandone; una obsesa del aerobic (atención al desgaste físico de Rafaela Rivas) y su ex, un profesor de economía; una pareja freak que parece salida de The Big Bang Theory en la que ella confiesa que se ha enamorado de otro y a su novio le parece perfecto; un joven que ignora a su sensual pareja y solo se preocupa por el partido de fútbol o la más desternillante, la de una choni y su chonipavouna divertidísima pelea en la que el público también puede tener su papel. Y, claro, también aborda las relaciones homosexuales por medio de una diva frívola y su amante y un chico argentino y su desastrada pareja que esconde la frase de la obra: “Yo soy de Verdi y tú, de La Maquinista”.

Es fácil identificarse con la obra

Ofrecen un catálogo tan amplio de situaciones que seguro que alguna de ellas la hemos vivido y qué mejor que reírnos de nosotros mismos y de lo ridículos que podemos llegar a ser por amor. No hay separación fácil, ni sencilla, ni hay un manual de instrucciones que nos aconseje lo que debemos hacer si nos sucede pero, al menos, podemos echarnos unas risas a partir de nuestros propios errores.

El texto, que data de 2002 (lo que demuestra que es aplicable a cualquier tipo de época al margen de modas), ha sido convenientemente actualizado introduciendo algunos detalles tecnológicos que aún no habían invadido nuestras vidas como ahora. El director es Pere Anglàs, que había sido uno de los protagonistas en el estreno inicial y es el autor de la otra comedia (la recomendable El funeral de Mary-Lin) con la que comparte sala estos días.

Una exquisita banda sonora

Y un último detalle que vale la pena apreciar, la mayor parte de las canciones que suenan en el espectáculo (se oyen muy poco tiempo, ¡lástima!) son deliciosas versiones (en ocasiones incluso mejores que el original) de Postmodern Jukebox, un colectivo que hace maravillosos covers de grandes éxitos a ritmo de jazz y swing y, a veces con claqué (Dancing Queen, La bella y la bestia, Fly me to the moon, Umbrella…). Recomendamos darle el play al enlace de abajo y disfrutar. Una guinda delicada y original para una obra que provoca carcajadas pero también reflexiones y que no queramos separarnos de ella.