CLÁSICOS

Cinco discos que marcaron 1969, el año del mal rollo en el rock

Estos álbumes atraparon el turbio espíritu de la época en que murió la utopía 'hippy'

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Jordi Bianciotto

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El año de los asesinatos cometidos por la Familia Manson en agosto y del apuñalamiento mortal de Meredith Hunter, un fan, por un miembro de los Ángeles del Infierno en el festival de Altamont en diciembre (los Rolling Stones habían tenido la fantástica idea de contratar a la pandilla de motoristas como guardia pretoriana) marcó la ruptura del rock con la utopía 'hippy'. Estos cinco discos capturaron la 'malrollera' atmósfera de ese año. Ah: sí, 'Beggars banquet', de los Roling Stones, es de 1968, pero de diciembre, y 'Black Sabbath', el debut de la banda británica del mismo nombre que sentó las bases del heavy metal, es de 1970, pero de febrero. Pertenecen ambos discos por espíritu a la turbia cosecha de 1969, año que de alguna manera prefiguraron y remacharon, respectivamente.  

Rolling Stones: ‘Beggars banquet’ (1968)

Mick Jagger, recorriendo en ‘Sympathy for the devil’ los logros de Satán, desde la muerte de Jesús a los conflictos del siglo XX. La discutida ‘Street fighting man’ alude a los conflictos civiles, de los que parece distanciarse. “Qué puede hacer un pobre chico / sino cantar en una banda de rock and roll”.

The Stooges: ‘The Stooges’ (1969)

El primer álbum de Iggy Pop y compañía rezuma indolencia desde su portada y a través del nihilismo de ‘1969’ y la tensión sexual de ‘I wanna be your dog’. Esta canción propone un cambio de roles y una deseada sumisión. ‘Riff’ matador a cargo de Ron Asheton y piano psicópata de John Cale, productor del disco.

MC5: ‘Kick out the jams’ (1969)

“Hermanos y hermanas, quiero oír un poco de revolución ahí fuera”, grita Rob Tyner como arranque de esta sulfurosa obra, con zarpazos políticos como ‘American ruse’. Respuesta proto-punk al hippismo pastoral, con las guitarras del malogrado Fred ‘Sonic’ Smith (que sería marido de Patti Smith) y Wayne Kramer.

Black Sabbath: ‘Black Sabbath’ (1970)

El primer álbum de Ozzy Osbourne y compañía buscó la inspiración en la ultratumba, a través del ocultista Aleister Crowley y de la literatura de autores como H. P. Lovecraft. Su lectura del momento dio lugar a un siniestro y visionario hard rock, que sería influyente en el metal, el grunge y el stoner rock.

Captain Beefheart: ‘Troutmask replica’ (1969)

Don Van Vliet, Captain Beefheart, firmó este álbum catatónico con producción de Frank Zappa, portador de perturbadoras vibraciones con sus sonidos de herrería, sus polirritmos y sus atonalidades. Obra sofocante y ‘conspiranoica’, influyente en el punk y el pos-punk (y en artistas como Tom Waits).