ÓPERA

Riccardo Frizza: "Verdi es un genio del teatro musical"

El director italiano trae al Festival de Peralada una 'Traviata' que echó a andar en La Fenice

El director italiano Riccardo Frizza.

El director italiano Riccardo Frizza. / POSZTOS JANOS

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Pablo Meléndez-Haddad

El director Riccardo Frizza regresa a Peralada después de su debut con ‘Otello’ en 2015. Una vez acabado su compromiso verdiano no se marchará de Catalunya, ya que le espera un curso en Solsona (Lleida) antes de inaugurar las temporadas líricas de París y Bilbao. Vuelve a l’Empordà después de dirigir en Roma, Dallas y Venecia, y lo hace al mando de una nueva producción de una obra que debutó en 2013, cuando ya tenía en repertorio una docena de títulos verdianos. Explica que se la habían ofrecido mucho, pero que no aceptaba porque, al ser una obra tan representada, se tenía que sentir preparado “para ofrecerla en condiciones óptimas”. El debut fue en el coliseo en el que Verdi la estrenó, La Fenice de Venecia, “donde dimensioné ese contraste entre lo camerístico y lo masivo que esconde la partitura”, una de las claves del aporte que Verdi realiza al género con su ‘Traviata’. “Era un genio absoluto del teatro musical e innova en el lenguaje al optar por situaciones más naturalistas, como cuando Alfredo le confiesa su amor a Violetta: lo hace en un dúo, sin la típica aria y ‘cabaletta’ que habría requerido una estructura más arcaica. Se adelanta décadas a lo que más tarde hará en ‘Aida’”, asegura.

Como un hilo musical 

El genio melódico verdiano alcanza en ‘Traviata’ uno de sus puntos álgidos. “Aquí también radica la clave del éxito de una ópera que, junto a ‘Rigoletto’ e ‘Il Trovatore’, conforma su trilogía popular. Verdi introduce un vals en el brindis e incorpora melodías hermosas y sencillas que inmediatamente el público las hace suyas”. Otro de los aspectos en los que el compositor sorprende es en esa música tipo ‘lounge’, “que es como un hilo musical de fondo cuando hay un diálogo entre dos protagonistas. Es música atmosférica, teatral, que ofrece por primera vez una idea dramatúrgica de espacialidad”.

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Respecto del montaje de Paco Azorín, Frizza considera que es muy acertado, aunque también lo tilda de “bastante fuerte, pero no menos que la propia obra de Verdi” en la que el compositor se adelanta a su época “con una protagonista extraordinariamente moderna. Verdi se atrevió a proponer no a una reina, sino a una prostituta. Fue un escándalo”.

Después del Festival, Frizza se trasladará a Solsona (Lleida) para participar, entre el 8 y el 11 de agosto, en la Academia Internacional de Música (AIMS). “La idea es trabajar con los chicos del curso que por primera vez se unirán para formar una orquesta sinfónica con la que interpretaremos la ‘Segunda’ de Beethoven. Aprenderán lo que significa trabajar en equipo y a leer el lenguaje del director”.