CRÓNICA

'Falaise', emociones al borde del abismo

La compañía franco-catalana Baró d'Evel deslumbró en el Festival Grec con el estreno de su combinación de circo, danza y teatro visual

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Manuel Pérez i Muñoz

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La paleta de emociones alcanzada en el último espectáculo de la compañía Baró d'Evel es sobrecogedora. Nos devora y nos escupe, nos conmueve hasta dejarnos en un estado primario de desconcierto previo al salto. En ese abismo se sitúa 'Falaise', acantilado, segunda parte del díptico que Camille Decourtye y Blaï Mateu iniciaron con su duo 'Là'. Como si fuera su negativo, aquí el blanco se sustituye por un omnipresente negro, el de una apocalíptica escenografía de Lluc Castells de grandes proporciones que se resquebraja para vomitar personajes en precario equilibrio físico y emocional. En contraste, la serena pureza blanca de los animales: palomas batiendo alas y un caballo que con su presencia y movimientos nos encadena a una agitación prehistórica. 

Durante casi dos horas vagaremos entre virtuosos números que se suceden con un ritmo inteligente, del humor no tan absurdo de los diálogos a la energía de las coreografías grupales, como cuando los intérpretes se desplazan reptando como una inquietante masa compacta de cuerpos. Ocho artistas en escena en constante suma, con un resuelto Oriol Pla dando la réplica a Mateu en uno de los momentos más hilarantes, o esa pareja que se deshace de sus pesados trajes de escayola con contorsiones imposibles, uno de los instantes más bellos del espectáculo.

Baró d'Evel escalan con 'Falaise' una importante cumbre del teatro visual de base circense, sin nada que envidiar a referentes del género como James Thierrée. Entradas agotadas, pero en septiembre vuelve al Lliure.