CRÍTICA DE DISCOS

Jamie Cullum, cosa de la edad

El cantante británico presenta 'Taller', un disco adulto donde no solo se pone serio tratando temas "importantes" sino en el que hace lo que le da la gana

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Roger Roca

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Un día tenía que pasar: Jamie Cullum ha hecho su «disco adulto». El 'showma'n que se metió al público en el bolsillo con sus canciones despreocupadas sobre, precisamente, ser joven, se asoma a la cuarentena y ahora quiere hablar de «temas importantes». El amor, el paso del tiempo, la muerte, la verdad, un poco de crítica al 'brexit'. «Temas importantes» de manual tratados con una poética que es también bastante común. 

Cullum no es Bob Dylan, claro. Pero en su preocupación por ser un letrista más honesto, el británico ha escrito algunas piezas efectivas. La canción 'Taller' (más alto) es una carta de amor a su mujer que saca partido a su metro sesenta y cuatro de estatura. «Querría ser más alto para poder estar a tu altura», le dice a su esposa, la escritora Sophie Dahl, que le saca un palmo. En realidad, el álbum entero parece una declaración amorosa. O por lo menos, un canto al amor como solución a las preocupaciones y los miedos que expone en un disco que se esfuerza, quizás demasiado, en resultar verdadero y honesto.

Brindis a la vida

'You can’t hide away from love', voz y piano de hora de cierre y un toque de cuerdas, es un buen homenaje a los compositores que le chiflan, los Cole Porter, Irving Berlin y compañía, autores capaces de dibujar la vida moderna en cuatro estrofas. 'Drink', un brindis a la vida y las cosas que importan, parece que no avance hasta que Cullum se saca de la manga varios cambios de tono para hacerse más dramática. En la melancólica' The age of anxiety', que parece que va a acabar en unos fuegos de artificio como los de Coldplay, se suelta solo lo justo para que la canción crezca sin perder aplomo. Aquí y allá hay coros solemnes y emoción contenida, aunque en 'Usher' da un volantazo al funk, y la verdad es que le queda un Prince muy bien parecido.

Entre tantas canciones sobre asuntos trascendentes, el gran hallazgo del disco es la canción en apariencia menos ambiciosa. En 'Monster', Cullum cuenta con gracia que cuando se siente perdido, se acuerda de que él solo necesita un fogonazo de inspiración, una idea para una canción. Una de esas canciones que te suben el ánimo y te hacen sentir «que el mundo está contigo y que todas las piezas caen donde deberían», dice. Y los coros le dicen que sí, y los metales responden que también, que tiene razón, y entonces sí, Jamie Cullum hace diana y se hace mayor en el buen sentido, como un Randy Newman de su tiempo. 

El 2 de agosto, en Cap Roig

Y el 2 de agosto en el Festival de Cap Roig, cuando presente Taller, seguramente todavía correrá de un lado a otro del escenario y saltará desde el borde del piano, porque lo ha hecho siempre y se le da bien. Y porque además, hacerse mayor no es solamente ponerse serio en canciones sobre cosas importantes. También es saber hacer lo que a uno le dé la gana.