CRÓNICA

Aviones de papel contra el Brexit con Matthew Herbert

El músico británico, acompañado de su Brexit Big Band, reivindicó en el Grec el carácter transfronterizo del Sónar

Concierto de Matthew Herbert con la Brexit Big Band en el Teatre Grec

Concierto de Matthew Herbert con la Brexit Big Band en el Teatre Grec / periodico

Roger Roca

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De repente el anfiteatro del Grec parecía un aula desmadrada. Desde las gradas el público lanzaba aviones de papel con mensajes dedicados a los ciudadanos británicos. “No os vayáis”, “¡Brexit no!”, rezaban algunos de los que interceptó este cronista. Se suponía que los aviones tenían que aterrizar en el escenario para que los leyeran los músicos, pero muchos se quedaban a medio camino. En el 2019, con el 5G a punto de llegar, no todo el mundo sabe hacer un avión de papel en condiciones. Mejor así, pensaría Matthew Herbert, instigador del alboroto, que desde el escenario devolvía al público algunos de los artefactos de papel con bastante maña -él sí- mientras la banda aullaba con un swing entre desbocado y cómico. Muchas asistentes, como los niños que en las cabalgatas se estresan por si su carta no llega a la carroza del rey mago, se levantaba de sus asientos y corrían a lanzar de nuevo los aviones averiados para asegurarse de que llegaban a su destino.

Para Herbert, la música en directo tiene que ser juego y desconcierto. En las últimas dos décadas, y casi siempre de la mano del festival Sónar, en Barcelona le hemos visto hacer de todo: disfrazarse de doctor chiflado, sacarle música a una hamburguesa... “Sónar es el ejemplo perfecto de lo bueno que tiene formar parte de la gran familia europea”, dijo, en agradecimiento a un festival que siempre ha creído en él. Aplausos. “Sin ellos yo no sería el artista que soy. Y por eso el Brexit me parece un desastre”. En el 2017, cuando Theresa May invocó el artículo que ponía en marcha en Brexit, Herbert arrancó su proyecto más ambicioso: giraría con su big band por toda la Unión Europea y colaboraría con el mayor número de músicos posibles para sacar un disco sobre la identidad británica en tiempos de anti-europeísmo, “The state between us”. May ya no está, el Brexit aún no se ha ejecutado y Herbert sigue girando con su Brexit Big Band, no tanto para combatir lo inevitable como para reivindicar una idea del mundo en la que los individuos colaboren entre sí sin que importen las fronteras.

En Barcelona, su alianza transfronteriza la formaban las casi sesenta voces del coro de la ESMUC, que se lo pasaban incluso mejor que el público, y algunos músicos locales infiltrados en las filas de la 'big band'. Juntos, y con Herbert retorciendo el sonido a base de filtros, viajaron por un repertorio que combinó con ritmo lo sombrío con lo eufórico, lo introspectivo con la música que da ganas de bailar. Una tragicomedia musical perfectamente desmelenada y repleta de gags en la que Herbert incluso organizó un referéndum a micro alzado con el público porque, dijo, “nadie ha preguntado a los europeos si quieren que nos quedemos o no”. “¡Stay!”, por supuesto. Con Brexit o sin él, Herbert seguirá siendo bienvenido en Barcelona.