CRÓNICA

Sónar 2019: Skepta, a lo todavía más grande

La leyenda del grime sacudió SonarClub con su flow de precisión inquebrantable

Actuación de Skepta en el Sónar 2019

Actuación de Skepta en el Sónar 2019. / periodico

Juan Manuel Freire

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La última vez que vimos a Skepta en Sónar fue hace tres años, en el escenario SonarPub, donde ondeó la bandera del grime con entereza y alma de fiesta. Puede que la escena no haya logrado todavía afianzarse como sería justo fuera de las fronteras británicas, pero eso no ha quitado energías a uno de sus líderes, quien el sábado volvió a exhibir flow de impacto, esta vez en la plaza aún mayor del SonarClub.

Acompañado por su habitual DJ Maximum, Skepta se marcó una hora de rap impecable, casi una lección de inglés por la claridad y rotundidad de la vocalización. Empezó sin contemplaciones, con 'That's not me', corte de redención (el artista lamenta vanidades de otros tiempos) que casi arrancó por sí solo el revival grime de hace unos años. Y acabó, si cabe, más fuerte, con el que todavía es su 'banger' más definitivo: 'Shutdown'.

Entre medias, espacio para mucho acierto y mucha variedad de ritmos. Hubo aromas dancehall con 'Praise the lord', su colaboración con (y producción para) A$AP Rocky, o el homenaje a sus raíces nigerianas 'Energy (Stay far away)'. Grime más o menos clásico con 'Bullet from a gun' y beat de inspiración oriental en 'No sleep', ambas del reciente álbum 'Ignorance is bliss'. O hip hop al más puro estilo N.W.A. en 'It ain't safe'.

Después de 'Man', un corte sobre la familia, la pandilla, Skepta invitó a subir al escenario a Shorty, colega en el colectivo Boy Better Know (BBK), para un tremendo popurrí con cumbre en 'Detox'. Para los fans más antiguos, Skepta tenía un as guardado en la manga: 'Gingerbread man', derechazo de hace una década.

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