CRÓNICA

Sónar 2019: Bad Bunny, el buen show del conejo malo

La estrella puertorriqueña alardeó de estribillos sin descanso en una actuación imparable en el Sónar

Juan Manuel Freire

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El reciente regreso súbito de Bad Bunny, o Benito Antonio Martínez Ocasio, a Puerto Rico, donde se quiso sumar a las protestas contra el gobernador Ricardo Rosselló, sembró cierta inquietud sobre una posible cancelación en el Sónar. Y aunque ya había actuado el viernes en Tenerife, que se retrasara unos 20 minutos resultó inquietante, como verle aparecer después con sombrero de apicultor, gafas de sol y demasiadas capas de ropa. ¿Era Benito?

Era Benito. Su voz nasal, un placer adquirido, es inconfundible, y da personalidad al repertorio propio y ajeno. En el primero se basó esencialmente el concierto de anoche, como si este artista (no solo) reguetón y trap quisiera recordar la inmensa batería de hits que ha amasado en una carrera todavía no tan larga.  

Pleitesía hacia el heterodoxo álbum 'X 100pre' en la recta inicial, con la intro de 'RLNDT', la clubber '200 mph' y '¿Quién tú eres?', de la que hizo solo apenas el estribillo. Fuera por tener el tiempo justo o por alardear, de muchos temas (incluyendo favoritas como 'Estamos bien', 'Diles', 'Soy peor' o 'Si tu novio te deja sola') cantó solo fragmentos, en una especie de 'mixtape' que solo pudo aburrir a quien estuviera convencido de querer aburrirse.

La actuación se definió en realidad por un abrasivo intercambio de amor. O por la superación compartida del desamor: entre lo más celebrado estuvo 'Amorfoda', 'Solo de mí' o el remix de 'Te boté'. Pasadas las lágrimas, fiesta Latin trap con 'I like it'. Y poco antes del clímax con 'Callaíta', unas gotas de denuncia: Benito quitándose el sombrero para pedir la renuncia de Rosselló. Velada intensa.