FESTIVAL DE MÚSICAS AVANZADAS

Bad Gyal consagra el perreo en el Sónar

La cantante del Maresme se llevó por delante el mayor escenario diurno, el Village, con su mezcla de 'dancehall', trap y reguetón con tensión sexual y mensajes empoderadores

Actuación de Bad Gyal en el Sónar 2019

Actuación de Bad Gyal en el Sónar 2019. / periodico

Jordi Bianciotto

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Pocas veces el Sónar se había puesto tan tropical: el sol cayendo a plomo y el ‘dancehall’ de Bad Gyal, bikini color fucsia y pedrería, regando el Village, con sus cuatro bailarinas en ‘tops’ fosforecentes, suministrando ‘beats’ aptos para el más transversal ‘perreo’. Escena de poderío líricamente explícito, este sábado, en el escenario diurno más grande del festival, en torno a versos como los de ‘Jacaranda’, el tema que abrió la sesión: “so papi come closer to me tonight / que yo tengo culo pa’ rebotar”.

Ya es oficial que la música urbana ha tomado el Sónar a través de sus espacios estelares (la noche del sábado la abría otro ‘chico malo’, trapero y reguetonero, el puertorriqueño Bad Bunny), y la actuación de Alba Farelo (hija del actor Eduard Farelo) representó un punto de inflexión con un poderoso perfil femenino autóctono que, cantando sobre todo en castellano (y un poco en catalán en, por ejemplo, ‘Yo sigo igual’, donde advirtió a su amiguito: “no vull que ballis amb una altra nena”), se llevó por delante a un público multinacional, para el que la tensión rítmica pesa más que la lengua.

La herencia jamaicana

Tirando de ‘autotune’ incluso al hablar, cuando dijo vivir “un sueño hecho realidad” con voz robótica, Bad Gyal sacó punta a esa zona de encuentro entre la herencia jamaicana pasada por la electrónica, el trap y el reguetón: ahí estuvo esa oda al ‘perreo’ llamada ‘Blink’. Andares y mirada de diva de vídeo erótico, presta para recostarse en la tarima y contonearse simulando la postura de la amazona, y cierta cantidad de voces pregrabadas.

Bad Gyal se acogió a la idea de tergiversar el objeto sexual, sirviendo (teóricamente) a su voluntad y no a una demanda de fantasías masculinas, y convirtiéndolo en símbolo del empoderamiento. Entre pose y pose, hubo mensajes de concienciación feminista, como cuando se refirió a “los tíos, no todos, que se van con tu prima, tu vecina, tu amiga, tu cuñada…”, acusó. “Y yo no sé cómo lo hacen, ¡que consiguen que acabemos peleando entre nosotras!”.

Con ella, las cosas van a toda velocidad, y poco después de publicar ‘Santa María’ (portadora de los más delicados pensamientos: “mi coño está ‘apretao’ como el primer día”), ya tiene listo su relevo, ‘Hookah’, temas ambos explosivos a su paso por el Sónar, estirando un repertorio que no dejó de lado ‘Candela’, ‘La bóveda’ o ‘Internationally’. Episodio, en fin, relevante en el carrerón de Bad Gyal, y significativo como muestra de la conversión en ‘mainstream’ de músicas urbanas deslenguadas y enraizadas en el imaginario hispano.

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