ENTREVISTA

Underworld: "Lo que hoy nos mueve es explorar y colaborar"

El dúo británico, institución electrónica, actúa en el Sónar mientras experimenta con nuevas maneras de ofrecer su música en el proyecto audiovisual 'Drift'

Rick Smith y Karl Hyde, en una imagen promocional de Underworld

Rick Smith y Karl Hyde, en una imagen promocional de Underworld

Jordi Bianciotto

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Underworld regresa al Sónar en condición de clásico de la música electrónica y cargando con un material nuevo que ofrece al mundo de una manera inédita: el proyecto ‘Drift’, con música y vídeos publicados semanalmente, cada jueves, desde el pasado noviembre, de los que brota una serie de cuatro epés que confluirán en un álbum el 25 de octubre. Hablamos la mitad histórica del dúo británico, Karl Hyde.

¿El álbum ha dejado de interesarles?

Sigue gustándonos, de hecho habrá un álbum y un ‘boxset’ al final del proceso, pero ese ya no es el producto supremo. El objetivo es el viaje en el que estamos inmersos: publicar material cada jueves simultáneamente en todo el mundo. Desde principios de los 90 no habíamos podido volver a controlar el proceso hasta ese punto. Es fabuloso poder actuar en Australia, Europa o Sudamérica y notar que la gente conoce una canción aunque solo haga dos días que se ha publicado. Así, los ‘shows’ van evolucionando y se mantienen frescos. Todo eso es muy importante para nosotros, es un reto emocionante.

Los cuatro epés giran en torno a cuatro conceptos: polvo, átomo, corazón y espacio.

Más que conceptos es nuestra manera de referirnos a un trabajo que vemos como si se tratara de episodios de una serie de Netflix. No pensamos en epés sino en capítulos que puedes descubrir en cualquier punto. Aunque la serie haya empezado, puedes empezar por uno e ir hacia atrás, y luego volver a ir hacia delante.

Han hablado de “viaje épico”.

Sí, porque se trata de un proceso continuo, que nos aporta mucha riqueza y que es impredecible. Nos atrae más que el esquema clásico de lanzar un álbum cada cuatro años, seguido de una gira, luego desaparecer otra vez…

¿Qué ingredientes musicales motivan más a Underworld en estos momentos, los ritmos, las texturas, las atmósferas…?

Lo bueno de este proyecto es que no nos obliga a concentrarnos en un solo elemento. No estamos centrados en un estilo o línea de trabajo, lo cual conecta con el conjunto de nuestro catálogo: nuestra música siempre ha sido un paisaje muy abierto, que abarca desde el mismo techno a influencias como el soul, el blues, la música de cine, o la norteafricana, o gente como Frankie Knuckles.

¿Qué le gusta pensar que transmite al público? ¿Emoción, abstracción intelectual, poder físico?

Lo emocional va primero. Y luego, quizá, sensaciones más intelectuales. Pero la música debe poder existir por encima de las barreras lingüísticas, a través del carril de las emociones. Esa sigue siendo nuestra meta.

Underworld es un símbolo de la electrónica surgida en los 90, si bien usted fue un adolescente de los 70, los albores de esa música. ¿Le llegó Kraftwerk?

Claro, Kraftwerk fue muy importante para mí, al igual que toda la escena alemana de los 70, con bandas como Can, Neu! o Faust. También gente que estaba adelantada a su tiempo, como Bowie con ‘Ziggy Stardust’. Y la Tamla Motown, que me hizo pensar en cómo trasladar esa música de baile al lenguaje electrónico.

Acogiéndonos a su idea de viaje, el suyo viene de lejos: en los primeros 80, antes de Underworld, formó con Rick Smith el grupo Freur, que apuntaba hacia un pop electrónico oscuro.

Inicialmente era más electrónico, pero nadie nos fichaba, así que cambiamos de estilo y conseguimos un contrato discográfico. Lo necesitábamos: no teníamos un duro, éramos unos muertos de hambre.

En los 90, a partir del crucial álbum ‘Dubnobasswithmyheadman’, y luego con el éxito de ‘Born slippy .NUXX’ (tema que fue a parar a la banda sonora de ‘Trainspotting’), se vieron compartiendo portadas de revistas con Blur y Oasis. ¿Ve a Underworld como una banda pop?

Es interesante, porque ahora en el Reino Unido se olvida que todos estuvimos haciendo música al mismo tiempo: las bandas del Brit-pop, con Oasis, Pulp, etcétera, junto con The Prodigy, The Chemical Brothers, Underworld… Sí, los 90 no fueron solo los años del Brit-pop. Por otra parte, nuestro imaginario siempre fue muy ecléctico, cruzando géneros e incluyendo guitarras y voces.

¿Cree que, con el tiempo, Underworld sigue interesándose en explorar o más bien en perfeccionar su estilo?

Creo que somos más exploradores que nunca, y que estamos más dispuestos a colaborar que en cualquier otra época de nuestra historia. Explorar y colaborar es lo que hoy nos mueve. Desafiarnos constantemente respecto a lo que hicimos en el pasado.

En ‘Drift’ han colaborado con artistas situados en las antípodas del ‘mainstream’: el grupo australiano post-jazz-rock The Necks o el guitarrista japonés Ichirou Agata, de la banda extrema Melt-Banana. ¿Buscan inspiración en las periferias?

Lo que buscamos es gente con una voz muy individualista. Músicos que no se sientan condicionados por la idea de la comercialidad. Si esta se produce, estupendo, pero más bien valoramos la integridad, la pasión y la implicación en un área especializada.

Vuelven al Sónar. ¿El lugar más natural para Underworld?

Podemos actuar tanto en pequeños clubs como en teatros de la ópera y en grandes festivales, porque somos una banda de directo y respondemos a los impulsos de la audiencia. En cierto modo es él quien nos dirige: no haríamos nada sin esa energía. Y el público del Sónar, Barcelona, es muy apasionado; es un estupendo lugar en el que actuar. ¡Será un gran ‘show’!

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