CRÓNICA DE MÚSICA

La exultante vitalidad de Paul Anka en Peralada

El legendario 'crooner' fundió su repertorio con el de Frank Sinatra en un vibrante recital en el festival de Peralada donde demostró sus irresistibles modos de 'entertainer'

Actuación de Paul Anka en el Festival Castell de Peralada

El cantante canadiense rinde homenaje a La Voz. / periodico

Julián García

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Paul Anka suele explicar que fue él quien, de un modo u otro, salvó a Frank Sinatra de la decadencia a finales de los años 60, cuando el brilli-brilli del Rat Pack y de los casinos de Las Vegas eran ya solo el recuerdo de otra era. Al  ‘crooner’ de Ottawa le gustaba una canción de Claude François, ‘Comme d’habitude’, y decidió adaptarla al inglés para que la pudiera cantar su viejo amigo y mentor. El resultado fue ‘My way’ y el resto, como suele decirse, ya es historia. Coincidiendo con el 50º aniversario del clásico, Anka ha querido rendir homenaje a Sinatra y su inmortal repertorio fundiéndolo con el suyo propio en una gira que el sábado visitó el Festival de Peralada. Un ‘show’ evocador que dejo tras de sí un vibrante rastro de swing, y, sobre todo, de exultante vitalidad. Cerrando los ojos y escuchando a Anka y la ‘big band’ que le acompañaba, a ratos era fácil transportarse desde Peralada al mismísimo Caesars Palace de Las Vegas.

Anka quiso recordar a La Voz, pero desde el principio dejó claro, por si acaso, que iba a ser sobre todo su noche. Tras un par de vídeos que recordaban sus hitos vitales y los de Sinatra, el ‘crooner’ apareció por detrás y, atravesando el patio de butacas, encadenó sus dos grandes ‘oldies’, ‘You are my destiny’ y ‘Diana’, repartiendo sonrisas y besos para delirio de una audiencia madura, visiblemente entregada a sus irresistibles modos de ‘entertainer’ de la vieja escuela.

Envidiable energía

Dueño a los 77 años de una garganta todavía dúctil y poderosa, que se caldeó conforme avanzaba la velada, Anka fue fundiendo hitos de Sinatra como ‘Under my skin’ o ‘Strangers in the night’ (“mi canción favorita de Frank”, aseguró) con temas ajenos como ‘Crazy love’ o ‘For once in my life’. Decidió entonces volver a bajar a la platea y, mientras se hacía selfis con los fans o estrechaba manos con envidiable energía, hizo arder Peralada con pelotazos como ‘Put your head on my shoulder’, ‘Eso beso’ o  ‘She’s a lady’, el ‘hit’ que compuso para Tom Jones. Sin apenas tiempo para recuperar el aliento, se sentó al piano para interpretar ‘Do I love you’, que remató con una sobrecogedora versión de ‘Purple rain’ de Prince.

Un recital, en fin, de amplios perímetros, hábilmente diseñado con numerosos cambios de formato instrumental, como ese acercamiento con la guitarra acústica a ‘It doesn’t matter anymore’ de Buddy Holly rematado con ‘Bye bye love’ de los Everly Brothers. Y para la recta final, las últimas detonaciones del cancionero de Sinatra, ‘Let me try again’, ‘My way’ y ‘New York, New York’, interpretadas de forma pletórica, casi volcánica.

Pero, la noche, como decíamos, era suya y le echó el cierre con una perfumada versión instrumental de ‘You’re my destiny’ acompañada de sentidas reverencias al público y un vídeo con imágenes retrospectivas (sus encuentros con Elvis, Muhammad Ali, Ronald Reagan, Bill Clinton, los Beatles, Céline Dion, Drake, incluso la Mona Chita) y fotos de su amplia familia. Antes, su esposa Lisa había subido a escena para darle un beso que, sin duda, era más que merecido.