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'Pijames, la comèdia', una divertida obra sobre los celos en el Eixample Teatre

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Eduardo de Vicente

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Vivir en pareja no es tan sencillo como podría parecer. Sus dos integrantes deben aprender a convivir con las manías, defectos y excentricidades del otro y perdonar los errores. Pero si hay algo que dificulta la convivencia es la desconfianza, la sospecha de que la otra persona te esconde aspectos importantes de su vida. Sobre esta premisa se ha edificado la divertida Pijames, la comèdia, una simpática incursión en el mundo de los celos que puede verse durante julio y agosto en el Eixample Teatre.

Se trata de un trabajo de Ferran Gonzalez, el autor de Pegados, al servicio de dos actores que se desdoblan en varios personajes para retratar a diversos estereotipos femeninos y masculinos y provocar la sonrisa en la platea. Se trata de Karen Gutiérrez (Lo tuyo y lo mío, Romeo y Julieta en Gaza) y Rubén Yuste, ya acostumbrado a hacer varios papeles en una misma obra como demuestran Sugar (Con faldas y a lo loco) donde era Joe y Josephine o 39 escalones donde interpretaba a un número incontable de personajes en un tiempo récord.

Un combate de boxeo provocado por los celos

El escenario está representado por una cama con sus respectivos cojines. A sus pies se encuentra un rectángulo que se utilizará para escenificar diversos elementos como una taquilla de cine y, en lo alto, hay una lámpara que se enciende y apaga con palmadas. Al fondo se perciben también tres líneas de colores azul, blanco y rojo, como la bandera francesa (¿querrá decir que lo más importante en la pareja es la libertad, la igualdad y la fraternidad?), dispuestas como si fueran las cuerdas de un ring. Y justamente así se presentan los actores, con una bata de boxeadores bajo la que se esconden sus respectivos pijamas mientras suena el popular Sin pijama de Becky G y Natti Natasha.

La obra arranca con una conversación en la que Laura le confiesa a Albert sus sospechas de que le ha sido infiel, aunque no parece tener muchas evidencias, pero le busca las cosquillas. Esta excusa sirve para que repase las mujeres con las que ha estado últimamente que serán representadas por una camaleónica Karen Gutiérrez, a cuál más esperpéntica.

Siete personajes en busca de amor

Una chica que admite que es tonta con la que coincide en la cola de un cine, la novia de su hermano (una argentina pedante), una alumna jovencita bastante provocadora, una directora de teatro muy seria a la que conoció en una hamburguesería, una cajera de súper que no para de mascar chicle y criticar su compra o una exigente entrenadora de gimnasio casi castrense que parece la sargento O’Neil. Nos queda claro que haber tenido ni siquiera un rollete con cualquiera de ellas hubiera sido una gran equivocación. Por supuesto.

Pero esto no acaba aquí, ya que Rubén Yuste se muere de ganas por demostrar su versatilidad y llega su oportunidad. En la segunda parte del montaje dará vida a los hombres que ha conocido Laura, tan impresentables como los femeninos. Un amigo depresivo y pesimista que celebra su cumpleaños y que quiere se enamore de él, un actor de doblaje al que conoce en el metro que engola la voz y se cree muy gracioso, un atracador muy en la línea del “nen de Castefa” que intenta robarle el bolso, un compañero que sospecha que padece una intoxicación provocada por los berberechos, un dependiente con mucha pluma y muy criticón que le aconseja la ropa que le va bien y un ginecólogo gallego que sabe cómo se denomina la vagina en múltiples idiomas.

Una parodia del ser humano

El público recibe la trama con sonrisas e, incluso, al final de algún sketch aplaude. En poco más de una hora, los dos protagonistas utilizando unos mínimos cambios de vestuario, son más detalles que otra cosa, han sabido hacernos creer que eran otros siete individu@s caricaturescos. Una obra que divierte y que, más allá de la parodia humana, nos planta un espejo para que nos riamos de lo absurdos que podemos llegar a ser con los celos. Un combate de boxeo en los que los dos púgiles se han atizado de lo lindo pero en el que también queda claro que al final del enfrentamiento no hay un ganador y se declara nulo. El único KO será a nuestras conciencias.