Saxon, brazo fuerte del metal en el Rock Fest

Hace cuatro décadas, una fuerza inesperada sacudía la escena rockera del Reino Unido: la New Wave of British Heavy Metal. ¿Una reacción conservadora al punk, que había estallado solo dos años atrás? Más bien un nuevo modo de canalizar la energía y la angustia de una generación. "¿Dónde estabas en el 79, cuando el dique saltó por los aires?", cantó este sábado Byff Byford en uno de los clásicos de Saxon, 'Denim and leather', evocando el modo en que la tela de los vaqueros y el cuero aglutinaron a jóvenes como él mismo ayudándoles a "liberar el espíritu".

La gira de 40º aniversario de Saxon  cumplió en el Rock Fest con todos los rigores de una celebración: repertorio panorámico, un grupo volcado y aditivos escénicos, como el águila luminosa que se alzó en 'The eagle has landed' y las llamaradas en 'Battalions of steel'. Al frente, Byford, con su característica casaca cruzada, luciendo poderío a los 68 desde el arranque a todo gas con 'Motorcycle man'.

Una arrolladora liturgia

Una especialidad de Saxon es la canción acelerada, sin llegar al speed metal, de tonalidad monocorde, que se te lleva por delante evitando complejidades armónicas y manejando palabras clave: de 'Wheels of steel' a 'Heavy metal thunder', arrolladoras en modo unidireccional. Material eficaz que avanzó a través del fuego cruzado de guitarras del veterano Paul Quinn y de Paul Scarratt (suplente este del cofundador Graham Oliver, evadido en 1995), y que representa la quintaesencia de ese metal ortodoxo hijo de Judas Priest.

Las canciones más modernas ('Battering ram', 'Thunderbolt') recordaron el grupo lleva muchos años atrincherado en un sello expresivo tras ensayar retoques sonoros en discos como el domesticado 'Innocence is no excuse' (1985), del que no tocaron ninguna canción. Noche de himnos fieles a un estilo, como 'Strong arm of the law', 'Crusader' o 'Princess of the night', cartas ganadoras en una noche de Rock Fest.