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Cruïlla, crecimiento sin colapsos

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Juan Manuel Freire

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Jordi Herreruela, director del Cruïlla, dio ayer en rueda de prensa las cifras de la edición de 10º aniversario del festival: 77.000 personas en total, 20.000 más que el año pasado. El crecimiento se deriva no de un mayor número de entradas puestas a la venta –el aforo máximo sigue siendo de 25.000 personas–, sino, sobre todo, del añadido de una cuarta jornada de conciertos, el miércoles con Black Eyed Peas y Aurora. El festival crece, pero sin colapsos, atento a la calidad de la experiencia de un público esencialmente local.

En la misma rueda, Herreruela ha querido destacar el intento del Cruïlla de ser un festival pluridisciplinar a nivel artístico –este año hubo una mayor presencia de La Fura Dels Baus– y que explore aparentes intereses de su público como tecnología o responsabilidad social y medioambiental. Según Herreruela, Cruïlla ya es un festival "prácticamente con 0% de plástico" y pocos eventos musicales de este tamaño demuestran semejante nivel de preocupación por la sostenibilidad.

África, Brasil y Guissona

Para la jornada del sábado, se esperaban unos 23.000 asistentes, unos dos mil menos que en la del viernes. A media tarde, la diva maliense Oumou Sangaré tuvo que conformarse con solo unas decenas de ellos, pero muy efusivos hacia la artista, quien aseguró que el calor reinante no era nada comparado con el de África. Solo subiendo unas gradas podías dejarte abrazar por la calidez de Seu Jorge y esa samba teñida, en ocasiones, de soul a la estadounidense. Cuando abordó 'Life on Mars' de Bowie, lo hizo con el susurro más tenue escuchado en todo el festival. 

Otros con el máximo amor por el minimalismo son El Petit De Cal Eril, quienes defendieron con pulcritud y elegancia ese nuevo ejercicio de depuración pop llamado 'Energia fosca'. "¿Qué hacéis en las gradas?", preguntaba su cerebro Joan Pons antes de empezar a tocar. "Acercaos al pueblo". Y muchos obedecieron al gurú de Guissona, pero a las dos canciones un gran chaparrón movía a unos cuantos a empezar a correr. A cualquier otra parte, como cantarían Dorian un rato después.

Alexander el conquistador

En la explanada ante el escenario más grande, la lluvia se entendió casi como un elemento más del espectáculo de catarsis bailable de Years & Years, banda liderada por el que fuera protagonista masculino de 'God help the girl', el musical a lo Jacques Demy dirigido por Stuart Murdoch de Belle and Sebastian. Si en aquella película, su personaje era más bien apocado, en directo Olly Alexander es pura exuberancia a nivel gestual, vocal y emocional. Sabe dar fuerza a partituras que en disco pueden pasar desapercibidas.

Acabado ese despliegue hedonista y, en principio, la lluvia, se podía elegir entre el folk-soul de Michael Kiwanuka y el pop épico de Dorian. El primero, que ambientó su saltó al escenario con 'Broken finger blues' de Richard Swift (DEP), demostró autoridad ya desde los primeros compases de la inicial 'One more night', rodaja de soul marca Stax. Mientras tanto, Dorian sacaban brillo a los aciertos melódicos de 'Verte amanecer' y 'Algunos amigos'. La importante cuota de hits de esta última jornada de Cruïlla iba a aumentar todavía más con el esperado show de Kylie, que arrancaría a la hora del cierre de esta edición. Crónica del show de la australiana, el domingo en web y lunes en papel.