la gran cita del pop catalán

Canet Rock, agitación continua

En un arranque del festival sin grandes nombres, a excepción de Els Pets, el protagonismo ha sido una vez más para la reivindicación política y social

Canet Rock 2019

Canet Rock 2019 / periodico

Ignasi Fortuny

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El efervescente Canet Rock se ha convertido en una fecha marcada en rojo para la hirviente sangre joven. La gran cita del pop catalán, que este sábado ha celebrado su sexta edición de la era moderna (10 en total), muestra año tras año que es un lugar de peregrinaje para los que quieren celebrar que la música puede ser al mismo tiempo un espacio para la fiesta y la reivindicación. El Pla d'en Sala, algo así como un prado pero con pedigrí, ha reunido a 23.000 personas -se agotaron las entradas en febrero- en una nueva jornada con mensajes para casi todas las luchas.

La agitación continua es el nexo del renacido festival con su público, sobretodo en sus primeras horas, que ya se ha emancipado de la nostalgia que invadió su retorno. Así, como respuesta al contexto político y social se proyectan campañas a favor de la acogida de refugiados o de la sostenibilidad medioambiental (esta patrocinada), por ejemplo. Y, en este sentido, destacada ha sido la aparición de las hermanas de Jordi Cuixart y su sobrino en el escenario para interpretar 'Resistir és véncer' junto a la Elèctrica Dharma, tema del veterano grupo del barrio de Sants que está basado en un poema del líder de Òmnium encarcelado.

Despegue femenino

Bajo un sofocante calor, el festival ha arrancado sin grandes nombres y con un marcado carácter femenino y feminista. Las encargadas de abrir fuego han sido el septeto Roba Estesa, íntegramente formado por mujeres, con su folk festivo granado de letras comprometidas que tratan de romper moldes. Un ejemplo: "Las criadas ahora persiguen a aquel tal señor Ramon", canta su vocalista, Gemma Polo, que lucía una camiseta con el fantasma con el que sueñan los homófobos, 'Gaysper'. Roba Estesa tendió sobre el escenario gran parte de su último álbum 'Desglaç' antes de dar paso a las jóvenes voces de Suu Ju. Ídolos adolescentes, ambas debutaban en el Canet Rock en su camino de introducir sus piezas con aires pop en el hermético cancionero catalán. Por cierto, en el 'impasse' entre conciertos,  un 'dj' ha amenizado la espera con temas (en catalán) de Bad Gyal y Rosalía.

El Canet Rock puso una marcha más con Xavi Sarrià i el Cor de la Fera y su canción protesta que impulsó a su extinta banda Obrint Pas. Con viejo y nuevo repertorio, lanzó mensajes antifascitas, a favor de la libertad de los políticos presos y de los jóvenes de Alsasua y animó a "desafiar el régimen" en el concierto más político de la tarde. Por su arte, Búhos ha reconducido al festival a su fase más festivalera con 'Volcans' o 'Barcelona s'il·lumina'. La ternura la han puesto Els Pets, el grupo de rock catalán que perdura en el tiempo. No hay más que ver como el jovencísimo Canet Rock siente canciones como 'Agost', 'Blue tack' o 'Hospital del Mar'.

Al cerrar esta crónica la noche había caído ya en el Pla d'en Sala con el pop galáctico de La Casa Azul, el más esperado debut. Los encargados de llevar hasta el alba al revoltoso público del Canet Rock eran Itaca Band, Els Catarres, Oques Grasses, La Pegatina y, para cerrar las 12 horas de música, Doctor Prats.