CRÍTICA DE CINE

'Varda por Agnès', introducción y despedida

Esta obra concebida a modo de despedida y de testamento hace que contemplar a su autora sea especialmente conmovedor

Estrenos de la semana. Tráiler de 'Varda por Agnès'

Estrenos de la semana. Tráiler de 'Varda por Agnès'. / periodico

Nando Salvà

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Hasta su muerte hace unos meses, a través de una desbordante producción artística en el campo del cine, la televisión, el videoarte y la fotografía, Agnès Varda fue sucesivamente pionera de la Nouvelle Vague, icono feminista, destructora de las fronteras entre realidad y ficción y paradigma de reinvención constante. Y si durante la mayor parte de ese tiempo la mayoría de los espectadores apenas habían oído hablar de ella, todo cambió gracias al éxito internacional del documental 'Caras y lugares' y del Oscar honorífico que recibió en 2017.

Su película final es perfecta para ese público no iniciado en su obra. Diseñada a la manera de una lección magistral, nos presenta a la cineasta recordando momentos significativos de su obra, desvelando detalles sobre su proceso creativo y reflexionando sobre sus fuentes de inspiración al tiempo que reproduce fragmentos de obras clave de su filmografía como 'Cleo de 5 a 7' (1962) -su obra maestra-, 'Sin techo ni ley' (1985) y 'Los espigadores y la espigadora' (2000).

Inevitablemente, los fans de la cineasta no encontrarán en 'Varda por Agnès' tantas revelaciones como en el ensayo del que funciona como secuela, 'Las playas de Agnès' (2008), ni tanta creatividad deslumbrante. Sin embargo, consideradas ahora las reflexiones sobre el paso del tiempo y la mortalidad que proporciona resultan especialmente trascendentes. Es una obra concebida a modo de despedida y de testamento, y eso hace que contemplar a su autora en pantalla, aunando con su presencia la ternura con la ironía y la inocencia con la sabiduría, sea especialmente conmovedor.