CRÍTICA DE CINE

'Spider-Man lejos de casa', adolescencia enmascarada

Como si fuera James Bond el supehéroe viaja por media Europa solo que él se debate entre salvar al mundo o ligar

Estrenos de la semana. Tráiler de 'Spider-man: lejos de casa'

Estrenos de la semana. Tráiler de 'Spider-Man: lejos de casa'. / periodico

QUIM CASAS

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Creíamos que 'Vengadores: Endgame' había cerrado definitivamente el Marvel Cinematic Universe, pero es la nueva entrega de las alocadas aventuras adolescentes de Peter Parker, alías Spider-Man, las que ponen el verdadero punto y final al ciclo, aunque dejan la puerta abierta para otras peripecias del hombre araña, por supuesto.

En memoria de Iron Man, Viuda Negra y Capitán América, se nos dice al principio. Tras el famoso lapso temporal con que se solucionaban algunos problemas en la película de Los Vengadores, un adolescente asegura que su hermano mayor es ahora cinco años más joven que él. Alterar el tiempo conlleva estas cosas. Spider-Man se encuentra en otra de sus habituales encrucijadas. Siempre será el eterno superhéroe atolondrado que se debate entre la responsabilidad que conlleva su gran poder y los irreprimibles deseos adolescentes de divertirse e intimar con alguien.

Y así, sin solemnidad, se suceden sus nuevas andanzas por media Europa: Venecia, los Alpes austriacos, Praga, Berlín, Londres... Parece un filme de James Bond. Tony Stark, el hombre de hierro, le legó una responsabilidad que no quiere aceptar. Nick Fury no para hasta comprometerlo en la lucha. Dudas y más dudas. Salvar el mundo o ligar. Los problemas de la insegura doble identidad no funcionan tan bien como en los filmes de Sam Raimi, entre otras cosas porque Tom Holland no supera a Tobey Maguire. Hay detalles interesantes relacionados con la tecnología de la ilusión y el personaje de Mysterio, pero no es suficiente.