GALARDÓN LITERARIO

Melcior Comes gana el Crexells, que entierra las polémicas del pasado

El premio, con nuevo formato, premia la "ambición" que ha demostrado el escritor mallorquín con su obra 'Sobre la terra impura'

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Mauricio Bernal

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Planeaba sobre la rueda de prensa con el ganador del Premi Crexells la sombra de las polémicas que envolvieron las dos últimas ediciones, la penúltima por galardonar un libro autoeditado e imposible de conseguir en librerías, la última por la retirada en tromba de todos los finalistas tras una decisión del jurado que vulneraba las bases del concurso. ¿Qué ocurriría esta vez? No ocurrió nada. Nada más allá de lo literario, para alivio general. Se ha alzado con el galardón -que reconoce la mejor obra publicada en catalán en el 2018- la novela del escritor mallorquín Melcior Comes 'Sobre la terra impura' (Proa), la historia de una poderosa estirpe de zapateros de Inca con secreto de por medio y trasfondo de Transición española. "Una lectura aparentemente ligera que no renuncia a tratar temas interesantes", declaró el ganador, que suma el Crexells a una lista que incluye el Ciudad de Elche (2003), el Documenta (2004) y el Josep Pla (2008), todos logrados con diferentes obras. Se ha embolsado 6.000 euros.

"Ya hay suficientes incertidumbres en este país para agregar otra", dijo el presidente del Ateneu, Jordi Casassas

A la 48ª edición del premio creado en 1927, otorgado por primera vez en 1929 –la primera convocatoria fue declarada desierta– y de existencia truncada por el franquismo –desapareció del mapa entre 1938 y 1982– la adorna un fresco aire de punto y aparte, o al menos de comienzo de nueva etapa. El propio Jordi Casassas, presidente de la entidad convocante –el Ateneu Barcelonès–, expresó la satisfacción de la institución por "recuperar la normalidad del premio" y tachó de "irregulares" las dos últimas ediciones, marcadas por "dinámicas y circunstancias agregadas que no son agradables", y que acto seguido volvió a "lamentar" en nombre del Ateneu. "Ya hay suficientes incertidumbres en este país para agregar otra", remató. "Reconducción", referida a la reconducción del premio, fue una palabra muy pronunciada este miércoles en la sede de la institución.

Una cosecha notable

Ese aire fresco tiene mucho que ver con el nuevo formato del premio, motivado por la desbandada de novelistas en la edición pasada. "Convocatoria suspendida", pone frente al 2017 en el palmarés histórico. Durante los últimos años, el Crexells había funcionado como un concurso participativo, y sus finalistas habían sido escogidos por una votación popular en la que tomaban parte los socios del Ateneu y los clubes de lectura de las bibliotecas públicas de Barcelona. Cuando vieron, hace un año, que la participación de los socios había sido sorprendentemente baja, los jurados incluyeron cuatro novelas más en la lista de finalistas, atendiendo al criterio de que la participación insuficiente había dejado por fuera "obras muy buenas". Consecuencia: desbandada. Si a esto se agrega que ya se había cambiado el formato después de la polémica causada por la autoeditada 'Crui', de Joan Buades, ganadora de la edición anterior, se entiende mejor que se valore tanto en el Ateneu la vuelta a la normalidad.

"Es una novela planteada como un artefacto ambicioso, y sale airosa", señaló Marina Porras, miembro del jurado

Total, que este año la cosa ha funcionado así: un jurado compuesto por dos periodistas culturales (David Castillo y Jordi Nopca), una librera (Marina Porras), una escritora (Ada Castells) y un académico (Joan Santanach) han escogido una lista de 11 finalistas a partir de las propuestas de cada uno. El nombre del ganador no fue producto de una decisión unánime, pero es que "la cosecha de este año ha sido muy buena", dijeron. Hablar de finalistas es hablar estrictamente del trabajo del jurado, dado que no ha habido lista pública; luego no ha habido nerviosismo, estrés o el insomnio de saberse en un listado de potenciales. "Ha sido disputado", dijo Castillo. "Cuando hicimos la lista inicial había muchas novelas a valorar", dijo Porras.

"Una buena experiencia"

Del tipo de literatura que propone Comes, del que es espejo la obra ganadora, que hable el propio autor. "Hay que darle al lector una buena experiencia". "Creo que los libros deben ser entretenidos". "Hay que atraer al lector con una intriga". "Es lo que permite funcionar al libro". "Es la historia de una familia, de un secreto, de la Transición española". "He tirado mucho de estilo, de la voz narrativa". Circularon nombres que de una forma u otra han influenciado al ganador, como Philip Roth, como Balzac, como Porcel. De Marina Porras fue el elogio contundente: "Es una novela planteada como un artefacto ambicioso, y sale airosa".