crisis en una entidad

La Audiencia Nacional da oxígeno a la SGAE al rechazar la intervención del Ministerio de Cultura

El tribunal tumba la petición del ministro José Guirao por una cuestión formal

La presidenta de la SGAE, Pilar Jurado

La presidenta de la SGAE, Pilar Jurado / periodico

Nando Cruz

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La junta directiva de la SGAE ha recibido este martes la primera buena noticia desde ni se sabe. La Audiencia Nacional ha rechazado la solicitud de intervención temporal presentada por el Ministerio de Cultura y ha denegado la autorización para remozar sus órganos de representación. No es un mérito que se pueda atribuir la presidenta de la entidad, Pilar Jurado, pero como mínimo no hay necesidad de reinterpretar el dictamen como sí hizo semanas atrás para dar a entender que la expulsión de la CISAC, la Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Creadores, era, en realidad, una buena noticia.

Han pasado cuatro meses desde que el equipo de José Guirao presentó ante los tribunales su petición de intervenir la SGAE. Era el camino más suave, a la espera de que la junta directiva de la entidad reaccionase acatando los tres puntos que reclamaba el Gobierno: elecciones con derecho al voto electrónico, reparto de recaudación que respete el tope del 20% que marca la ley sobre los ingresos de las madrugadas televisivas y estatutos ajustados a la normativa europea.

La reacción del ministro ha sido aclarar que la intervención ha sido rechazada por "una cuestión formal, no de fondo" y que habrá que "acudir a otra vía judicial o retirar la autorización como entidad de gestión a la SGAE".

Las espadas, pues, siguen en alto, aunque el ambiente en la sede de la SGAE debe de ser de celebración ya que cualquier maniobra ministerial volverá a requerir un periodo de elaboración y una aprobación judicial. El tiempo vuelve a correr a favor de la SGAE. Y la resolución, además, llega en el mejor momento posible: una semana antes de la crucial asamblea semestral del 24 de junio en la que se votarán, una vez más, los estatutos.

La intervención ministerial era una medida recomendada desde la CISAC para evitar tener que expulsar a la SGAE. Al quedar aparcada, el futuro de la entidad en el organismo internacional ahora queda pendiente de lo que se vote en la asamblea del próximo lunes. Si dos tercios de los socios aprueban los estatutos, la Sociedad General de Autores y Editores respirará todavía más tranquila. En caso contrario, la situación seguirá encallada. Tanto, que la única forma de desencallarla pueden ser unas nuevas elecciones.