O Son do Camiño

Rosalía fue la estrella en la noche reservada para Black Eyed Peas

Ataviada con un conjunto verde plastificado, la joven catalana ha tratado de interactuar en gallego con sus fans

Rosalía

Rosalía / periodico

El Periódico/EFE

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La joven artista catalana Rosalía ha sido el viernes la gran protagonista de la segunda jornada de O Son do Camiño en la que el papel principal, en un primer momento, recaía sobre el regreso a los escenarios de la banda norteamericana de hip hop Black Eyed Peas, que ha quedado eclipsada por el despliegue realizado por la cantante de Sant Esteve Sesrovires.

El meteórico ascenso de Rosalía en poco más de año y medio ha quedado inmortalizado con los primeros compases de “Pienso en tu mirá”, el tema escogido para abrir el concierto y que ha convertido en un multitudinario karaoke el recinto del Monte do Gozo.

Más de 30.000 espectadores se han dado cita pese a la lluvia en este auditorio al aire libre para disfrutar, cerca de un año después de su última visita a la capital gallega, de los temas de “El mal querer” (2018), el disco que ha encumbrado al éxito a la artista y que la ha llevado a convertirse en un icono global.

Con un espectáculo más pulido que en la anterior ocasión, reforzado por unos trabajados visuales y acompañada por su séquito de bailarinas, Rosalía ha salido a conquistar un escenario Estrella Galicia ya rendido a sus pies desde casa.

Ataviada con un conjunto verde plastificado, la joven catalana ha tratado de interactuar en gallego con sus fans y ha recordado su etapa como peregrina en el Camino de Santiago, lo que ha provocado los vítores de sus seguidores más devotos, que han coreado sin descanso -llegando a tapar la voz de la vocalista- los temas más conocidos de la cantante, como “Con altura”, “Brillo” o “Di mi nombre”.

El concierto, que ha oscilado entre el folclore más castizo y los sonidos electrónicos y urbanos de vanguardia, ha servido como carta de presentación de temas que todavía no han salido a la luz oficialmente, como “De madrugá” -producida por Pharell Williams-, o “Lo presiento”.

Recordando su pasado

Rosalía, con su repertorio, ha tendido la mano al pasado al rescatar, con una emotiva versión a capella, “Catalina”, la canción más conocida de su primer disco, “Los Ángeles” (2017); y ha demostrado su versatilidad al compaginar un breve tributo al clásico “Te estoy amando locamente”, de Las Grecas, con el impactante abuso del autotune de temas como “A ningún hombre” o “Bagdad”.

“¡Madre mía, Rosalía, bájale!”, como reza la letra de su último sencillo, “Aute cuture”, ha debido pensar alguno de los asistentes cuando el concierto ha encarado su recta final, para el que la artista ha reservado su mayor éxito: “Malamente”.

Entre palmas, gritos de “trá, trá” y bailes varios, Rosalía se ha despedido de un O Son do Camiño en el que deja un listón elevado y difícil de flanquear para el resto de artistas con los que comparte cartel.

Víctimas de este sambenito han sido los Black Eyed Peas, que han actuado apenas una hora después, con el recuerdo de la neofolclórica todavía muy presente, y que han tardado en conectar con un público al que reanimaron en cuanto comenzaron a apelar a sus éxitos más añejos como “Boom Boom Pow”, “Pump it” o “Shut up”.

No extrañan a Ferfie

La banda californiana, que ha sustituido a su icónica cantante Fergie con la finalista del concurso “La Voz” en Filipinas, Jessica Reynoso; sí ha logrado convertir en una fiesta el ambiente de O Son do Camiño en el tramo final del concierto, para el que se han guardado sus canciones más animadas y exitosas.

“Don’t stop the party”, “The time (Dirty bit)”, “Where is the love?” y “I gotta feeling” han sonado encadenadas y han permitido a los Black Eyed Peas revivir la nostalgia de sus mejores años, con un público entregado y que ha demostrado ganas de seguir de fiesta hasta altas horas de la madrugada con las actuaciones más tardías, las de Elyella y W&W.

En la jornada de tarde, las triunfadoras han sido las Cariño, la banda madrileña de tontipop que, si bien no ha congregado a demasiada gente ante el escenario secundario por lo temprano de su actuación, ha conseguido hacer botar a todas aquellas personas dispuestas a dejarse llevar por los alegres ritmos de canciones como “La bajona”, “Bisexual” o “Canción de pop de amor”; breves píldoras sobre los avatares de una vida amorosa en el siglo XXI.

Mención destacada merecen artistas gallegos como la joven Marem Ladson, que ha presentado su disco de debut repleto de perlas en clave folk rock y que ha avanzado nuevos sencillos que pronostican horizontes más electrónicos; así como el ya curtido Iván Ferreiro, el primero en llenar de forma considerable el recinto y que con una solvente actuación ha repasado una trayectoria, primero al frente de Los Piratas y luego en solitario, que ha dejado grandes clásicos como “Años 80”,o “El equilibrio es imposible”.