ENTREVISTA

Love of Lesbian: "Es maravilloso sentir que ya no estás de moda"

El grupo trae su espectáculo teatralizado 'Miralls i miratges' al Condal y anuncia un parón que podría prolongarse hasta el 2021

Jordi Bianciotto

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En el 2014, Love of Lesbian inventó ‘Miralls i miratges’, un espectáculo que presentó en su día en el Auditori, que ha llevado de gira por toda España y que vuelve, con un repertorio puesto al día, este martes a Barcelona (Onyric Teatre Condal) para una serie de diez sesiones. Actuaciones que, junto a la del 6 de julio en el Cruïlla BCN, representan la despedida del grupo de la capital catalana en una larga temporada. Hablamos con su cantante, Santi Balmes, y el escenógrafo y actor Guillem Albà.

¿Esto es un concierto o una obra teatral?

Santi Balmes: No deja de ser un concierto, aunque teatralizado y con un repertorio radicalmente diferente. No repetimos ni una canción de las que hemos hecho en la gira, ni ‘Allí donde solíamos gritar’, ni ‘1999’, ni ‘Club de fans de John Boy’, ni mandangas de estas. Tocamos temas más íntimos. Si de Love of Lesbian solo conoces las cinco primeras canciones de Spotify, esta no será tu noche.

Guillem Albà: Son las canciones más dramáticas, más poéticas… La cara B.

¿Qué les motivó a crear esta propuesta cinco años atrás?

S. B.: Teníamos una serie de canciones que por su ‘tempo’ fuimos apartando poco a poco de los conciertos, porque no eran las que la gente quería escuchar. El fan genera un ‘top’ y no puedes escapar a él. A veces es un pecado hacer un concierto sin esas canciones. Y entonces quisimos ponernos a prueba: ¿seríamos capaces de aguantar un concierto con esas canciones más tranquilas?

Y decidieron intentarlo pero dando algo más: un concepto teatral.

S. B.: Juli (Saldarriaga) había visto ‘Trau’, el espectáculo de Guillem, y comenzó a darme la turra: “tienes que verlo”. Me gustó mucho y comenzamos a pensar en un concierto en que entrase la disciplina de un teatro artesanal, huyendo de láseres y ‘leds’, y disfrutando de las canciones sentados.

G. A.: Me dieron libertad total. Encontramos el punto medio entre el concierto y el teatro, integrando la máscara, los títeres, el gesto…

¿’Miralls i miratges’ cuenta una historia?

G. A. No, pero sí que hay un viaje emocional.

S. B. Y es bastante catártico: ves a gente llorando o emocionándose con las sombras chinescas. Y piensas: “¡si lo llego a saber, no nos gastamos un pastizal en producción en la última gira!”. Hay momentos de libertad en que tiramos abajo la cuarta pared saliendo un poco del guión. La tesitura de la banda es radicalmente diferente de todo. Lo más parecido sería Albert Pla. A Juli y a mí nos gusta mucho ‘Stop making sense’, de Talking Heads. Ese tipo de concierto en que menos es más y que va haciendo un subidón.

¿En qué se inspira la metáfora del espejo y los espejismos?

S. B. Viene de una entrevista a Nabokov que vi en YouTube. Para nosotros, el mundo de la creación es eso, espejos y espejismos, desde la canción desgarradora, que cuenta las cosas de manera que te tocan mucho, hasta la hipérbole.

¿Se puede aburrir de sí misma una banda pop en sus ciclos de disco y gira?

S. B. Cuando la maquinaria de una gira se pone en marcha ya todo es previsible. ¿Toco en tal ciudad? ¡Qué novedad! Es lo lógico, pero a la vez lo que quieres es redescubrirte a ti mismo y ponerte en peligro, que es algo que mola mucho. En estos conciertos hay un rollo ‘japo’, zen, dando un paso atrás, con una liturgia diferente. Incluso mi papel como cantante es distinto: estoy más pendiente de cada inflexión vocal.

Están en el fin de etapa de ‘El poeta Halley’, un disco en el que asumieron riesgos con canciones más largas y serpenteantes. ¿Cree que seguirán ese camino?

S. B. Comienzo a tener la sensación de no estar de moda, y eso es maravilloso. Cuando tienes un público que sabes que está ávido de escuchar cosas nuevas, pero que te acepta como tal, puedes llegar a generar una especie de ‘mainstream’ alternativo, un ‘mainstream’ de La 2, y es bonito tener la seguridad de que el juego continúa para gente que es receptiva. Estamos ya con canciones nuevas, pero el disco aún tardará hasta al menos finales del 2020 o entrado el 2021. Es posible que no volvamos a tocar en Barcelona hasta dentro de dos años. Pero también es bonito que te echen de menos.