QUÉ HACER HOY EN BARCELONA

Una exposición descubre la Barcelona de hace un siglo por medio de fotografías

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Eduardo de Vicente

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A menudo mirar nuestras antiguas fotografías puede suponer una auténtica sorpresa. ¡Vaya ropa llevábamos en aquella época! ¡Y vaya pelos! Ya casi ni nos acordábamos que un día decidimos teñirnos de tal o cual color o dejarnos barba o bigote… Buscando en el baúl de los recuerdos no siempre todo tiempo pasado nos parece mejor. Pero, ¿y si nos vamos aún más atrás, a descubrir cómo era nuestra ciudad o el mundo hace un siglo y la gente que lo habitaba? Ese apasionante recorrido nos propone una pequeña exposición que puede verse en el Edifici del Rellotge de la Escola Industrial hasta el último día de mayo: Mirem el passat.

La muestra consiste en una selección de las mejores 38 fotografías escogidas de un fondo de unas 300 recopiladas por la Diputació de Barcelona y que resultan un sorprendente testimonio de esos inicios del siglo XX con ejemplos muy representativos de las clases sociales de la época, las calles o las costumbres de aquella época divididas en dos apartados: sociedad y deportes.

La sociedad de principios del siglo XX

En el primero podemos ver una embarcación de 1919, cómo se representaba en la playa una obra de Apel·les Mestres, la Rambla del año 1932 que parecía tener muchas más flores (o, al menos tenían más presencia y eran más espectaculares que ahora), el contraste entre las paradas de venta de rosas a cargo de señoronas o la cabra equilibrista que paseaba por las calles un pobre hombre. 

La ciudad es también protagonista y podemos ver el paseo de Gràcia nevado en 1914, cómo era en 1925 o cómo paseaban por allí unas señoritas emperifolladas en 1910 que hoy nos provocarían, como mínimo, una sonrisa. Pero si hay una imagen que se queda en la retina es la de un rebaño de ovejas que todavía en 1920 eran conducidas por allí por los pastores. No las imaginamos ahora entre turistas y tiendas de moda caras…

Las fiestas populares formaban también parte de las costumbres sociales: la cabalgata de Reyes, el Carnaval o las paradas de Sant Jordi en 1933. Todo era tan distinto… Una escuela de hípica y, unas pruebas para una carrera, patinaje en el Turó Park o el primer vuelo aeronáutico.

Incluidas también en este apartado se ofrecen dos muestras de los viajes de Emili Juncadella, un miembro de la alta burguesía dedicada al sector textil que tuvo la fortuna de poder viajar a países exóticos e inmortalizar imágenes de África o los elefantes de la India.

Especialidades deportivas hace un siglo

Entramos en el siguiente espacio destinado a los deportes… de entonces. Hay automóviles de carreras, las alineaciones del FC Barcelona y el RCD Espanyol en la final del Campeonato de Catalunya de 1915, ejemplos de la subida a los Brucs en sidecar, de la prueba ciclista entre Santa Maria del Vinyet y Sitges o del tenis denominado lawn o de unas señoritas preparadas para practicar este deporte con unos uniformes que hay que verlos para creerlos. Muy cómodos para jugar no debían ser….

Otros ciclistas se atrevían a subir la cuesta de la avenida Tibidabo mientras el tranvía parecía reírse a sus espaldas, el lanzamiento de palomas mensajeras desde el parque de atracciones (sí, ya existía, recordemos que fue el primero de España y se inauguró ¡en 1901!) para celebrar los 25 años de la Fundación Colombófila, a los socios del Club Natación Barcelona posando antes de participar en la Copa Nadal de 1912, pruebas de atletismo como el salto de pértiga, el de vallas o la halterofilia.

O dos nombres propios: el del pionero del ciclismo Joan Martí i Viñolas o el mítico presidente y fundador del Barça, Joan Gamper. Aquí hay otra fotografía que llama la atención sobre todas, la de un partido de fútbol en el campo del Europa en 1915 donde se puede ver al fondo las primeras obras de lo que sería la Sagrada Familia, en medio de un descampado desierto mucho antes que la zona fuera tomada por turistas y tiendas de souvenirs.

Un audiovisual que completa la experiencia

La verdad es que esta muestra resulta interesante pero sabe a poco. Para poder ver más imágenes de esos años basta con detenerse en el audiovisual que se proyecta (de unos 7 minutos de duración) en el que desfilan ante nuestros ojos acompañadas por una música algunas de las fotografías que ya hemos visto y algunas más como las procesiones del Corpus, el domingo de Ramos, el cremallera de Montserrat, el tranvía del Tibidabo, los taxis (carros tirados por caballos que no habían oído hablar de Uber o Cabify), un entierro en la Rambla Catalunya, la plaza Bonanova de 1911 o el Observatorio Fabra.

Y entre los deportes, el Frontón Condal, una exhibición de jiu-jitsu, una golfista (sí, una mujer), el lanzamiento de disco o el salto de longitud. Eso sí, la imagen de la Casa Milà parece estar hecha anteayer. Salvo el blanco y negro no parece haber cambiado nada.

Tres testigos de una época

Todo este trabajo se centra en la obra de tres fotógrafos, el mencionado viajero Juncadella, Antoni Gallardo, otro burgués amante de los deportes y la historia, aunque la mayor parte pertenece al archivo de Frederic Juandó i Alegret, reportero gráfico especializado en fotografía deportiva, pero también un fiel retratista de las clases sociales y costumbres de la época. Un divertido recorrido por el pasado y sus gentes tras el cual ya no nos reiremos tanto de nuestras fotos antiguas… las de nuestros antepasados podían ser aún más ridículas, pero siempre nos resultarán entrañables.