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El compositor Philip Glass actúa hoy en el Palau repasando sus mejores obras

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Eduardo de Vicente

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El nombre del norteamericano Philip Glass es muy familiar para los melómanos pero también para los cinéfilos. Para los no iniciados, recordar que ha sido considerado (junto a Michael Nyman) uno de los maestros de la música minimalista (un estilo basado en la repetición constante) aunque, al parecer, no le gusta demasiado esa etiqueta. Un autor prolífico que ha compuesto una veintena de óperas, once sinfonías, varios conciertos y una larga lista de bandas sonoras entre las que destacan tres nominaciones al Oscar por Kundun, Las horas Diario de un escándalo aunque, según los expertos, también cabría destacar Mishima y la trilogía de documentales impronunciables dirigidos por Godfrey Reggio y producidos por Coppola (Koyaanisqatsi, Powaqqatssi y Naqoyqatisi).

Sea como fuere y pese a la polémica no cabe duda de que nos encontramos ante uno de los autores más relevantes y originales de los últimos años, que acumula tantos admiradores como detractores. Cuando concita tantas pasiones y odios, es que algo habrá hecho bien. Para descubrir algunas de las poliédricas facetas de este artista, el Palau de la Música ha organizado un ciclo para celebrar su 80 aniversario que hoy llega a su punto culminante con la actuación del propio compositor.

El compositor y sus películas

En el concierto de hoy, Philip Glass estará al piano al igual que dos de sus discípulos más ilustres, el ruso Anton Batagov y la japonesa Maki Namekawa, además del coro del Orfeó Català con el pianista Albert Guinovart bajo la dirección de Simon Halsey. El recital arrancará con Vessels, un fragmento de Koyaanisqatsi en el que brillarán Guinovart y el coro, película que se centraba en las imágenes del contraste entre la América rural y la urbana. A continuación sonará Mad rush, obra originalmente creada para órgano que el propio Glass interpretará al piano.

El siguiente tramo es uno de los más esperados, una suite formada por varios temas de Mishima, una de las obras cumbre de Paul Schrader, una película sobre la vida del escritor japonés Yukio Mishima con una estética inolvidable, recargada e hipnótica en la que la banda sonora de Glass encajaba como un guante. Namekawa se encargará del apartado pianístico. Le seguirá Distant figures, una pieza reciente (data del 2017) con claras referencias a su admirado Bach y creada para Batagov quien, en buena lógica, será el intérprete. Y continuará con Etudes #7, un encargo del Festival de Sidney.

Piano a cuatro manos

Uno de sus trabajos más sorprendentes es Stokes, una obra breve destinada a ser interpretada en piano pero a cuatro manos, una pequeña joya representativa de su talento que estará a cargo de sus dos alumnos aventajados. Para el final, Glass regresará a las teclas para cerrar el concierto con Closing, Closing,el tema que cerraba su obra Glassworks que lo consagró a nivel internacional.

Una ópera poco convencional

Quienes aún no hayan tenido bastante pueden regresar al Palau el lunes próximo para vivir una experiencia insólita de la mano de la cantante y compositora Suzanne Vega que pondrá su voz a los textos de su ópera vanguardista Einstein on the beach, acompañada por el Collegium Vocale Gent y el Ictus Ensemble. Es un homenaje inclasificable al genio de la física, una obra minimalista muy difícil de catalogar en la que un violín representa a Einstein. Es considerada una antiópera, una ópera continua y hasta un objeto sonoro sin identificar, como si fuera un ovni. Tiene una duración también poco habitual (tres horas y media) por lo que se permitirá la entrada y la sala de los espectadores durante la función. Eso sí, se ruega al público que intente hacerlo guardando el máximo silencio posible por respeto a los artistas.

El contraste con un autor catalán

Para cerrar este ciclo de conciertos de tributo a Philip Glass, en el Petit Palau podrá asistirse el miércoles 29 a una curiosa combinación interpretada por la formación de cámara BCN216 dirigida por Francesc Prat. Consiste en una sucesión de obras del autor catalán Josep Maria Guix (Watermark, On reflection, Drizzle draft, Vent del capvespre y el estreno de Jardín seco), con una música íntima y delicada y melodías evocadoras, que se verán contrastadas con dos piezas de Glass (Orbit y Cuarteto número 3). Tres oportunidades para descubrir los trabajos más reconocidos de Glass, tras las cuales podremos sumarnos a la controversia y decidir de qué lado estamos. Se le ama o se le odia, no hay término medio. Y eso solo suele pasar con los más grandes.