ENTREVISTA

Olivia Laing: "Kathy Acker era una pirata de la literatura, y yo la he imitado"

La autora británica, conocida por sus ensayos literarios, se pasa a la ficción con 'Crudo'

La escritora británica Olivia Laing.

La escritora británica Olivia Laing. / periodico

Elena Hevia

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La literatura de la norteamericana Kathy Acker, autora legendaria de la literatura punk de los años 70, gran amiga de Alan Moore, capaz de reescribir buena parte de ‘Grandes esperanzas’ de Dickens en clave hipersexual y violenta, ha experimentado un revival en los 20 años trascurridos tras su muerte. Que la excelente autora británica Olivia Laing haya utilizado su voz emulándola (porque Acker era una fervorosa seguidora del cut-up al estilo Burroughs) en su debut en la ficción es buena prueba de ello. En 'Crudo' (Alpha Decay) Laing relata su vida como si el espíritu de la norteamericana la hubiera poseído.

Sus libros de no ficción, ‘El viaje a Echo Spring’ y ‘La ciudad solitaria’, que exploran la relación entre dolor y creación, ¿la habían preparado para abordar esta novela?

Sí, absolutamente. 'Crudo' surgió porque estaba tratando de escribir un nuevo libro de no ficción, pero se apoderó de mí toda la velocidad y la ansiedad de la vida política, la inseguridad de estar viviendo en un mundo dirigido por Trump, y me di cuenta de que no podía utilizar la voz tranquila de mi no ficción. Necesitaba una voz más salvaje y resbaladiza.

¿Cómo llegó a Kathy Acker?

Estaba en Italia leyendo la biografía de Acker de Chris Kraus y sus primeros relatos y me emocionaron tanto sus textos en primera persona que simplemente me dediqué a copiarlos en libretas. Lo que hice fue adaptar esa voz suya tan personal a los acontecimientos de mi vida. Tan pronto como lo hice supe que había encontrado una voz que podía captar toda la locura del presente.

¿En qué medida se identificó con esa mujer tan radical?

La leí mucho en mi adolescencia, pero regresar a ella fue emocionante. Escribió tan directamente sobre el momento en que vivía, que en nada difiere a los tiempos actuales: el auge de la extrema derecha, el terrorismo, los temores apocalípticos, el miedo al amor y a la intimidad. Fusionar nuestras identidades fue muy divertido para mí. Casi todo en el libro me pasó a mí, pero a veces el trasfondo de la historia pertenece a Acker.

Lo que ha logrado con ese sistema es hacer un nuevo modelo de autoficción, una autoficción convertida en, digamos, plagio. Usted ha reescrito los textos de Acker, pero ella ya lo hizo antes con Dickens y con Cervantes.

Sí, no acaba de ser exactamente autoficción porque parte de la historia también es la biografía de Acker, pero eso también me permite alejarme y decir cosas honestas sobre mí misma. El término autoficción no sé si me gusta mucho porque, la verdad, escribir sobre uno mismo no es nada nuevo. Acker era una pirata de la literatura, robaba todo lo que necesitaba y yo la he imitado. Yo también me siento una pirata.  Me parece un modelo libertario excelente. 

'Crudo' es una novela que habla de la intimidad de una mujer, de sus contradicciones y caos mental. Podría haberse quedado solo con eso, pero lo enmarca en este mundo caótico en el que Trump parece que siempre está a punto de organizar una guerra nuclear. Imagino que nace de sus miedos.

¡De mis terrores! Sí, me vi arrastrada por la sensación de que vivíamos tiempos muy oscuros. No solo Trump, también están el ‘brexit’, el cambio climático, el auge de la extrema derecha. Quería documentar este momento tal y como lo sentía tanto a nivel personal como político, dos terrenos que internet ha acabado por fusionar.

Se ha valido de un estilo humorístico para un tema que en principio no tiene gracia.

Mi no ficción no es para nada graciosa, pero esta tenía que tener un humor oscuro, a causa del egoísmo grotesco de Kathy, es decir de mi egoísmo grotesco. Lo escribí cuando me iba a casar y realmente el tema es cómo se aprende a amar. La manera en la que me comporté entonces fue algo vergonzosa pero también divertida. Sencillamente quería capturar ese caos.

'Crudo', que también es el título en el original, es una palabra italiana (y española) que se usa en los restaurantes de moda. ¿Por qué ese título? 

He planificado cuatro novelas, un cuarteto, escrito a intervalos de 10 años y todas con nombres que aluden a la cocina. Quería que mi libro fuera crudo. Lo escribí en siete semanas, de lunes a domingo. No lo edité ni lo volví a leer y mis editores accedieron a no tocarlo demasiado para preservar esa sensación de crudeza. Quería que fuera como una cápsula del tiempo, una impresión exacta de aquel momento. Y también es un libro sobre el amor y la desesperación y lo que significa abrirse a los demás.

Parece que 'Crudo' ha inaugurado una nueva vía de ficción en su carrera, ¿quiere eso decir que no regresará a sus famosos reportajes literarios?

Los simultanearé. Estoy escribiendo un libro ensayos sobre arte y política que aparecerá el año que viene. Y en el 2021, otro sobre el cuerpo y la libertad. Pero después me gustaría abordar otra novela: quiero ver qué hará Kathy a continuación. 

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