FESTIVAL DE CINE

Cannes, entre Bolsonaro y Victor Hugo

Las dos candidatas a la Palma de Oro presentadas este miércoles, 'Los miserables' y 'Bacurau', patinan por no conformarse con ser historias y aspirar a alegatos

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Nando Salvà

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Las dos películas que han presentado este miércoles su candidatura a la Palma de Oro son ficciones muy distintas entre sí que, sin embargo, guardan varias similitudes. Ambas están firmadas por un director sobre el que hay puestas una buena cantidad de expectativas; ambas, además, transcurren en un lugar aislado y marginal, y poseen una trama llena de violencia en la que los drones desempeñan un papel esencial. Las dos, por último, son obras sin duda valiosas que, eso sí, lo serían mucho más de no haberse dejado llevar por el empeño en funcionar no solo como historias sino sobre todo como alegatos.

La puesta de largo del franco-maliense Ladj Ly, 'Los miserables', es una versión prolongada del corto con el que hace dos años triunfó en festivales de todo el mundo. No es una versión del libraco homónimo de Victor Hugo aunque transcurre en el distrito parisino de Montfermeil, donde al parecer el escritor halló inspiración para escribir esas 1.200 célebres páginas. Aunque ambientada en la actualidad, la película se inspira en los disturbios que tuvieron lugar en la capital francesa en 2005, y que estuvieron protagonizados mayoritariamente por jóvenes de ascendencia africana hartos de las condiciones de vida en el gueto, el desempleo y el hostigamiento al que la policía los sometía habitualmente.

Sobre todo durante la primera mitad del metraje, Ly se revela como un narrador habilísimo, capaz de deslumbrar al espectador con su sentido del ritmo y su capacidad para crear un clima en el que algo brutal podría pasar en cualquier momento. Sin embargo, a esa destreza opone un empeño por llenar cada escena de lecciones morales, y un intento más bien tosco de dar fondo a personajes que son meros clichés. Al final, 'Los miserables' es como el equivalente fílmico de un portero de discoteca: tiene mucho músculo pero anda justa de cerebro.

Por lo que respecta a 'Bacurau', es la nueva película del brasileño Kleber Mendonça Filho, que hace tres años se convirtió en una de las revelaciones de este festival gracias a 'Doña Clara' (2016). En ella se sitúa en una aldea del Sertón muy pobre pero casi utópica, que a lo largo del relato se ve acechada por una siniestra amenaza exterior. Mientras permanece en sintonía con los modos del realismo mágico, satisfecha de ser cine genuinamente raro, 'Bacurau' es una obra del todo disfrutable. En cuanto decide funcionar de forma más obvia como alegoría del peligro que ese sucedáneo de Trump llamado Jair Bolsonaro supone para Brasil, pierde parte de la gracia.