CRÍTICA DE LIBROS

Un cuento río inédito de Munro

La premio Nobel canadiense entrelaza historias primerizas en `¿Quién te crees que eres?¿

La escritora canadiense Alice Munro.

La escritora canadiense Alice Munro. / periodico

Olga Merino

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En las múltiples entrevistas concedidas antes y después de la obtención del premio Nobel, hace seis años, Alice Munro (Wingham, Canadá, 1931) repite que ha dedicado su vida a la escritura porque no sabe hacer otra cosa y que, siendo ama de casa en sus comienzos, tuvo que perseverar en el oficio durante sus escasos ratos libres, entre papillas y coladas, mientras sus pequeñas dormían la siesta, de manera que, en cierto sentido, fue el cuento quien la escogió a ella porque su abordaje permite lapsos más cortos de tiempo (como si fuera un género menor, qué contrasentido). Aun así, a pesar de ser una de sus más conspicuas cultivadoras, Munro ha creado un mundo sólido en '¿Quién te crees que eres?', diez historias que pueden leerse de forma lineal, como una novela río, una decena de estampas que conforman un todo acaso más unitario y compacto que el de los relatos de 'Winesburg, Ohio', de Sherwood Anderson.

Una novela río, que también admitiría una lectura arbitraria, a saltos, de cuentos independientes en su unicidad, o bien un 'bildungsroman' (novela de aprendizaje) por cuanto el lector sigue los avatares de la protagonista, Rose, durante casi 40 años, desde su infancia durante la Gran Depresión en Hanratty Oeste, una ciudad de provincias sin lustre en el Ontario rural, hasta la vida adulta, pasando por un matrimonio fallido y su lucha por escapar de la miseria y un ambiente opresivo a través de los estudios universitarios. "La pobreza no era solo miseria […]. Era encenderse de orgullo y envidia por algo como el nuevo par de cortinas de plástico, imitación encaje, que Flo había comprado para el escaparate. También colgar la ropa en clavos detrás de la puerta o poder oír todos los ruidos del cuarto de baño". Flo, la madrastra de Rose, es otro personaje recurrente en las historias, el segundo en relevancia, una criatura de ficción magnífica, de encarnadura novelesca. Una mujer endurecida y desconfiada. De las que dicen "carajo".

Aunque se trata de una obra temprana —la colección fue publicada en Estados Unidos en 1978 bajo el título' The beggar maid: stories of Flo and Rose'—, aquí se encuentra ya una Munro en estado puro, con el despliegue de ingredientes que le granjeó la máxima distinción literaria; esto es, su extraordinaria capacidad de observación de lo cotidiano y sus paradojas, la captación de múltiples matices en los estados de ánimo o la construcción de personajes femeninos de enorme profundidad. 'The beggar maid' (La mendiga) es el título de uno de los cuentos de la colección, y alude a un cuadro del pintor prerrafaelita Edward Burne-Jones, de 1884, porque así es cómo Patrick, un chico de buena familia con quien Rose acabará casándose, ve a la protagonista: desvalida, ausente, muy lejos de cuanto la rodea. Los padres de Patrick, propietarios de una cadena de tiendas, la observan con desconfianza; se fijan incluso en cómo utiliza los cubiertos. Una advenediza.

 En 'La suerte de Simón', tal vez mejor relato del libro, una Rose ya adulta reflexiona, mientras conduce, sobre la naturaleza del amor y su capacidad de despojar del mundo, tanto si va bien como si va mal: “De las dos maneras te arrebatan algo: un resorte del equilibrio íntimo, unas migajas secas de integridad”. Como los mejores personajes de Munro, Rose no sabe acomodarse al deslumbramiento facilón de la felicidad.