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'Michael's Legacy': el BARTS ofrece un espectacular tributo al rey del pop

michael s legacy

michael s legacy / periodico

Eduardo de Vicente

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El próximo mes de junio se cumplirán diez años de la muerte de Michael Jackson, un fallecimiento tan repleto de misterios como su propia vida, pero si algo está claro es que sus canciones, sus bailes, sus videoclips y su estética siguen estando de moda y suenan tan frescos como hace décadas. Ahora llega al BARTS un espectáculo que devuelve a los espectadores a los mejores momentos de su carrera y recrea todos esos elementos, Michael’s Legacy, y podrá verse en esta misma sala hasta el próximo domingo.

El montaje transcurre en dos direcciones. Por un lado, narra la historia de amor entre una joven acomodadora que sueña convertirse en cantante y un chico con un pasado oscuro, ambos fans del rey del pop. Cantan en directo sus temas y se trata de una pequeña excusa argumental para que, paralelamente, se muestren espectaculares números a partir de sus coreografías, canciones y vídeos. La mimetización con el personaje es tal que parece, en muchos momentos, que sea el propio Jackson quien está actuando. Eso sí, hay que advertir que la música está pregrabada y que su excelente imitador (por más que continuamente se ajuste el micro de diadema) hace playback. Quizás es pedir demasiado que cante como él igual que baila como él…

El 'moonwalk' y la inclinación imposible

Tras la primera interpretación de la pareja protagonista (I’ll be there) se abre el fuego con una espectacular Wanna be startin’ something con todo el cuerpo de baile (cuatro chicos y chicas, además del doble de Jackson). Y nunca mejor dicho porque también hay efectos flamígeros y una pantalla donde se proyectan imágenes. Y va en aumento con Jam donde la energía es aún mayor y el vestuario, todavía más atractivo y vemos los primeros pasos de moonwalk. No podían faltar. 

Los bailarines tienen un pequeño descanso mientras los chicos interpretan You are not alone para dar paso a una de las escenas estelares, Smooth criminal, con el traje blanco y la imprescindible inclinación imposible de 45 grados. Aunque sepamos que tiene truco, sigue resultando muy efectivo. Prosigue la historia de Annie y Leo, así se llaman los muchachos, y recuerdan cuál es su vídeoclip favorito y eso nos lleva a Remember the time con el reparto disfrazado como en el antiguo Egipto y repitiendo los pasos. Solo nos faltaría la presencia de Eddie Murphy, la modelo Iman y Magic Johnson para clavarlo.

De 'Human nature' al espectacular 'Thriller'

En The way you make me feel persigue a una chica por la calle y en Human nature, el protagonista defiende el tema en solitario con una iluminación a partir de una bola de espejos como las de las discotecas. La relación de la pareja empieza a enfrentarse a los primeros problemas y el Dangerous nos devuelve a un contexto peligroso.

Justo en mitad del espectáculo llegamos a uno de los puntos álgidos. Se proyectan unas imágenes macabras y ya sabemos lo que nos espera. De todos los rincones empiezan a aparecer los zombis provocando algún que otro susto y, cuando el otro Michael aparece con una chaqueta roja sabemos que estamos en Thriller. La coreografía es reproducida al milímetro y el público ya está alborotado. Tanto como los niños que, en las sesiones de tarde son mucho más numerosos de lo que se podría esperar.

Homenaje a los Jackson Five

Llega la transición con los enamorados interpretando Pretty young thing y entramos en el apartado dedicado a los Jackson Five con los bailarines ataviados con las clásicas pelucas rizadas y vestidos setenteros mientras suena una selección de sus grandes éxitos de esa época desde Can you feel it al Don’t blame it on the boogie. Luego, la protagonista se presentará a un casting para el que escoge Heal the world.

Volvemos a la calle con las enérgicas Beat it Bad, un coro góspel acompaña la interpretación de Man in the mirror mientras que Black or White también recoge imágenes de la selva en la pantalla al tiempo que se recrea el vestuario original del videoclip. Cierran esta antología I just can stop loving you (en versión a cappella), el vídeo con We are the world y la propina. Una pista, aparece con el traje negro con lentejuelas y el mítico guante brillante provocando suspiros...

Iluminación, coreografías y vestuario

El público sale eufórico, consciente de que ha visto lo más parecido que se puede ofrecer visualmente a un concierto del rey del pop. La iluminación juega mucho en ese sentido, al igual que las vistosas coreografías y un vestuario que reproducen con fidelidad todos aquellos detalles que recordamos de sus célebres videoclips. La trama es mínima, cierto, pero da tiempo para preparar la siguiente escena. Al final nadie tiene quejas ya que todos nos hemos sentido invitados a una fiesta de luz y color y sus canciones nos han elevado el ánimo y nos han hecho sentir que no estamos solos…