CRÓNICA DE TEATRO

El punk il·lustrado de Roger Pelàez, la joya del Antic Teatre

Cada primer martes de mes, la delirante improvisación de 'Mandonguilles de frenillo' despedaza la actualidad estirando los límites del humor

Roger Pelàez, en el Antic Teatre

Roger Pelàez, en el Antic Teatre

Manuel Perez i Muñoz

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En la sala nos espera un ser extraño, algo desaliñado, como recién retornado de una rave okupa o bien salido de una biblioteca después de una noche de estudio. O las dos cosas a la vez. En un rincón, papeles amontonados. Repartidas por el escenario desnudo, cuatro medianas de cerveza de la marca que se sirve en el Antic Teatre, un bar que hace teatro, como dice su gerente en broma. Allí cada primer martes de mes se sirve este 'Mandonguilles de frenillo', arrebato contracultural entre la hermenéutica y la borrachera, veneno corrosivo para mojigatos y meapilas. 

Cuando todo el mundo está sentado, Roger Pelàez coge el micro y uno de sus folios roídos. A capela, sobre estrofas de Ni una sola palabra de Paulina Rubio, nos canta entre tambaleos una disparatada historia de deseo y violencia, con porras, mossos y farlopa mezclados. En un delirio contestatario no hay autocensura que valga. Cuando no canta, descubrimos la sátira descarnada de un monologista desconcertante, el resultado de mezclar la locuacidad incendiaria de Pepe Rubianes, el histrionismo vehemente de Leo Bassi y el éxtasis frenopático de Pedro Reyes, mucha cerveza mediante. Y entre trago y trago, con los altibajos propios de la improvisación más temeraria, van brincando temas de actualidad y asociaciones que, de soltarse en un plató o emisora, bien podrían merecer algún juicio tal y como está el patio represor.

El extrañamiento que produce Manuel Valls, la nueva burbuja inmobiliaria como símbolo del Apocalipsis, la delgada linea que separa los cantos mongoles de los eructos, comenzar una disertación en Sócrates y acabarla en Joan Pera... Cualquier anticipo es vacuo porque cada función es diferente a la anterior. La lógica-ilógica del 'show' solo responde a las extrañas conexiones mentales de un bufón que, aunque poco pomposo, destripa sin piedad las miserias de una corte llena de contradicciones. He aquí un oportuno grano en el culo de la cultura catalana. 

Pedigrí 'underground'

Entre carcajadas aparatosas, el público acaba participando de estribillos que, en el peor de los casos, invocan a Satán. Así, en poco menos de una hora, naturalizamos la siempre fecunda relación entre alta cultura y escatología. Pelàez habita un renacimiento punk y cultureta: canta en grupos hardcore, dibuja en 'El Jueve's y ha publicado 'El procés explicat als idiote's con el mismo trazo grueso de los fanzines que regala en la puerta. Con el truco de la bibliomancia que cierra el espectáculo nos ofrece su faceta de vidente, magia que perfeccionó en oscuros garitos del Raval bajo el auspicio de Martí Sales y otros oráculos del 'underground'. Nadie da tanto por 6 euros. Próximas fechas: 7 de mayo, 4 de junio y 2 de julio. 

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